Al igual que ocurrió con los filtros Reticare hace ya bastantes meses, esta semana pasada se han presentado en los medios de comunicación unas lentes de contacto que venden protección y prevención de la ceguera por DMAE, basada en estudios científicos incompletos que además no están realizados en ojos humanos vivos. Se vende el producto y sus bondades cuando en los estudios sobre los que está basada su recomendación hablan de un “PUEDE” o “PODRÍAN”.
A continuación puedes leer la comunicación oficial publicada entre otros por la Agencia EFE el 25.09.2014. Posteriormente te contaré mi opinión personal sobre estas lentillas que llevan incluído filtro protector.
25.09.2014 | 22:48
Estarán disponibles en más de 40.000 tipos de lentes diferentes.
EFE / Madrid Las primeras lentes de contacto del mundo que protegen frente a la fototoxicidad producida por la luz violeta y azul y previenen la degeneración de macular de la retina, fruto de una investigación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), están ya disponibles en el mercado.
Estas lentes de contacto son el resultado de casi 13 años de investigación llevada a cabo por un equipo, dirigido por la profesora Celia Sánchez-Ramos, quien ha explicado que el trabajo partió de una premisa: “La luz que nos rodea es mucha o muchísima; de hecho, estamos expuestos durante 5.500 horas al año”.
En la presentación oficial de estas lentes de contacto (CSR), el vicerrector de Relaciones Institucionales y Relaciones Internacionales de la UCM, Andrés Arias, ha destacado que se trata de las primeras con certificado de seguridad retiniano que se fabrican en el mundo.
Por su parte, la doctora Sánchez-Ramos ha incidido en que la cantidad de luz es cada vez mayor, pues a la luz natural y la iluminación artificial, hay que sumar la que emiten dispositivos como teléfonos móviles, tabletas y ordenadores.
Aunque el sistema visual humano tiene métodos fisiológicos de protección “no les hemos dado tiempo, ya que la tecnología ha ido muchísimo más rápido que la capacidad del sistema humano para adaptarse”.
La profesora Sánchez-Ramos ha señalado que con esta investigación se da “un paso más para reducir la cantidad de una banda de la luz” pues no todas son igual de energéticas.
De hecho, las bandas del azul y el violeta son diez veces más energéticas y sobre ellas se ha actuado.
Para ello, a la característica principal de las lentillas que es compensar un defecto óptico (miopía, astigmatismo o hipermetropía) se le ha añadido una función protectora mediante “una especie de filtro” que actúa de barrera para que la luz que daña no llegue al fondo del ojo.
“Es decir, transformamos una luz que puede tener la calidad mejor o peor en una luz de mucha mejor calidad, solo poniéndonos las lentes”, ha señalado Sánchez-Ramos.
El director técnico de Servilens, empresa que comercializa las lentillas, ha precisado que, además de la protección, estas lentes de contacto tienen el valor añadido de prevención de la degeneración macular.
Estarán disponibles en más de 40.000 tipos de lentes diferentes, no solo las que corrigen defectos, sino también en aquellas que no tienen graduación.
La profesora Sánchez-Ramos ha insistido en que la retina no se regenera y ha insistido en la importancia de cuidar los ojos porque “son para toda la vida”.
Mi opinión personal es que la información está sesgada en beneficio de intereses comerciales
Como ya sabéis muchos de vosotros soy optometrista y aunque pienso que todos los indicios nos llevan a creer que la luz de dispositivos móviles, pantallas LED, etc… puede provocar a largo plazo alteraciones en los ojos, aunque a día de hoy no sea una evidencia científica. Por ese motivo, me parece reprobable que se comercialicen productos que no tienen un respaldo que demuestre de modo claro los beneficios que prometen sin dar la información completa. Este tipo de práctica roza o incluso puede superar los límites de una posible publicidad engañosa.
Esto no quiere decir que las lentes de contacto que lleven este tratamiento sean malas. Son unas muy buenas lentes con un tratamiento que puede proteger la retina pero no se deben vender otras cosas que no se pueden confirmar todavía
¿En qué se basa mi opinión?
Todos los estudios realizados por el equipo de la Dra. Celia Sánchez Ramos y colaboradores acaban hablando de “Un Pueden” que no le dan suficiente respaldo científico. En mi modesta opinión la prisa por comercializar y lanzar productos basados en el mismo concepto de filtros selectivos (filtros Reticare, filtros CSR, lentillas con filtros CSR) y respaldado por estudios insuficientes, desprestigian a la Universidad que los apoya (me sabe todavía peor porque es en la que estudié yo).
Rogaría que se desarrollen los estudios científicos y se espere hasta el resultado final antes de vender algo como seguro. Esta vez ni se han molestado en añadir en las comunicaciones oficiales la coletilla de “Pueden proteger” o “Podrían proteger” la retina.
El estudio llamado “Daño ocular causado por dispositivos LED“ que me parece el más completo está realizado “In Vitro” sobre células de epitelio pigmentario de la retina directamente y no sobre ojos humanos vivos. No son las condicione naturales de visión y además en la conclusión final nos dicen que se requieren futuros estudios para determinar las cantidades, intensidades, longitudes de onda, etc.. que son letales para los tejidos retinianos.
Más información:
Nota de prensa oficial del año 2013 en la presentación de los filtros Reticare nos decían que el exceso de la luz azul podría llegar a provocar una pérdida severa de visión. Puedes descargarlo aquí:
Estudio Dra. Celia Sánchez Ramos sobre el posible efecto fototóxico de la luz azul en la retina. En las conclusiones nos hablan también de “Podría”
No se debería permitir vender productos de Salud Visual ofreciendo una información sesgada e incompleta a los usuarios
Se requieren más estudios y más investigación real sobre el tema antes de comercializar productos que prometen muchas cosas buenas, para que luego no nos tilden de chapuceros y feriantes. Desde luego cualquier investigador internacional se dará cuenta de las limitaciones de los estudios en los que se basan y de la manipulación en sacar conclusiones contando sólo lo que realmente interesa comercialmente. ¡Una verdadera lástima que desprestigia a los investigadores y a las universidades!
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