Una relación de pareja muestra la realidad del amor vivida en distintas perspectivas. También, en la perspectiva del conflicto centrado en la solución. ¿Cuáles son las peores formas de solucionar un conflicto de pareja?
El silencio como indiferencia
Algunas personas utilizan este mecanismo de defensa para demostrar a su pareja que tienen el poder y el control de la situación. Generalmente, detrás de esta actitud existe el deseo de condicionar a la pareja en su libertad para que se comporte de forma diferente en situaciones ante las que el otro tiene expectativas distintas.
El silencio, a veces, es constructivo y nutritivo. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el silencio muestra una forma de agresividad, bajo un manto de aparente pasividad.
Elección del mediador equivocado
Es cierto que la ayuda de la mediación puede ser un punto de apoyo para solucionar un conflicto de pareja, sin embargo, elegir a la persona equivocada puede producir el efecto contrario al deseado. Por ejemplo, es un error elegir a un mediador que tiene más confianza con una de las partes.
Reproches personales
Los reproches son humanos, pero también, hirientes. Si te encuentras en esta situación es recomendable que evites continuar por este camino puesto que la cadena de ataques verbales puede ir en aumento. En este tipo de situación, el silencio sí es una alternativa aconsejable. El silencio te ayuda a ser prudente para no decir nada que pueda herir al otro. De este modo, una vez que te has calmado, podrás retomar la charla.
Hacer como si no hubiese pasado nada
Por mucho que quieras ignorarlo, sí ha ocurrido algo entre vosotros y el mejor modo de afrontarlo es a través de la comunicación. El miedo al conflicto es el que lleva a algunas personas a actuar como si no hubiese sucedido nada. Pero este hecho produce un desgaste totalmente insano e innecesario.
Cuando actúas como si no hubiese pasado nada, te plantas en el siguiente conflicto sin haber aprendido la lección y sin haber desarrollado nuevos recursos y habilidades para lograr este propósito.
Gritos
No solo importa qué dices, también, cómo lo dices. Y los gritos alteran el ánimo del emisor y el receptor porque producen un nivel de estrés inagotable. Los gritos hieren. Nunca podrás comprensar el exceso de volumen en tu tono de voz con la falta de empatía y sensibilidad. No por decir algo más alto quedará más claro, todo lo contrario. Los gritos son ruido.
Vanidad
Cuando crees que tienes la razón absoluta de lo ocurrido, cuando piensas que tu pareja tiene que pedirte perdón a ti pero tú no tienes nada por lo que disculparte, entonces, te equivocas al adoptar esta posición. La vanidad te aleja de la humildad necesaria para meditar sobre lo ocurrido.
¿Qué otros errores añadirías a esta lista? Y, sin duda, cualquier error que repites de forma frecuente también puede estar en este punto.