(Este Artículo es del autor invitado: Oriol Lugo.)
Los niveles de exigencia en el ámbito laboral son cada vez más elevados.
Vivimos en una sociedad donde el ritmo de vida acelerado hace que las personas actúen rápidamente, con poco tiempo de reflexión, cubriendo un gran número de tareas y con unos márgenes muy reducidos.
¿Pero qué ocurre a nivel cerebral?
Es curioso porque queremos rendir más, pero acabamos por producir menos, o de una menor calidad. Esto se debe al componente del ESTRÉS. Una respuesta fisiológica de nuestro cuerpo ante un ambiente hostil.
El ESTRÉS bloquea las funciones de razonamiento, planificación, creatividad, la conectividad de la información, los estados de ánimo positivos. Hace que nuestras capacidades se vean alteradas y que perdamos salud, relaciones y resultados día a día.
“Estamos construyendo la casa por el tejado”.
Según los datos recogidos por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el año 2016 en torno a un 22% del total de la población activa padece estrés laboral. Probablemente esta cifra en la actualidad puede haber aumentado debido al ritmo de vida que tenemos.
¿Entonces porque seguimos planteando los mismos modelos?
Hay la creencia que cuando uno está muy ocupado, con muchas llamadas, respondiendo a muchos emails, entrando y saliendo de muchas reuniones… Entonces esa persona sí que es productiva.
¿Pero es realmente cierto esto?
Nuestro cerebro se ve afectado:
En primer lugar, debemos diferenciar entre lo que sería estar ocupado/a con ser productivo; o el tener un alto nivel de auto exigencia con un ritmo sano o adaptativo de trabajo.
Una persona puede estar muy ocupada pero realmente haciendo bien poco, ya que quizás sus niveles de estrés elevados no le permiten hacer correctamente su trabajo.
Cuando estamos estresados/as en nuestro trabajo o en nuestro día a día, padecemos entre otras cosas:
Falta de memoria
Dificultades de concentración
Estado de ánimo bajo (tristeza, ansiedad, rabia…)
Problemas para poder ser creativos/as
Falta de conexión de ideas o recursos
Pérdida de energía
Migrañas
Insomnio
Como podemos apreciar, todas estas capacidades que se ven alteradas como son: la concentración, la memoria o la creatividad, por poner algunos ejemplos, son básicas para un buen funcionamiento en nuestro puesto laboral y en nuestras vidas.
Podemos plantear otros modelos:
Existen otros modelos en los que se empieza a integrar conceptos como la felicidad en el puesto de trabajo, la satisfacción personal, las relaciones sociales dentro de las oficinas…
Todos estos proyectos y apuestas van en la línea de ayudarnos a sentirnos más relajados/as, más satisfechos, y en definitiva más felices con lo que estamos haciendo.
Todas aquellas premisas que nos permitan estar en un mejor estado de salud física, mental y emocional nos ayudarán a que nuestras capacidades y facultades estén en unos niveles más óptimos.
Como resultado de estos niveles de ausencia de estrés, nuestros resultados y nuestra productividad también aumentarán.
Pero tenemos que asentar bien las bases del edificio. El exigir resultados o una orientación puramente dedicada a lograr metas u objetivos puede tener repercusiones si olvidamos el componente humano.
Y estas ideas también son aplicables a nuestro día a día. A veces nos autoexigimos en exceso porque queremos hacer más o mejor. Pero, ¿y si fuera al contrario?
¿ Y si para llegar más lejos, hacer más o mejor, fuera necesario pararse, relajarse, respirar, meditar, mantener buenas relaciones sociales, hacer actividades con otros márgenes temporales, o con otras actitudes y perspectivas mentales?
Estas nuevas orientaciones pueden resultar difíciles de adaptar por ciertas personas ya que aún están en el paradigma del hacer más. Quizás hemos de plantearnos el ser más para hacer más.
Ser más humanos, más felices, más relajados/as…
Podemos empezar por nuestro día a día y preguntarnos:
¿Cómo podría tomármelo de una manera más relajada?
¿Qué momento del día tengo para mí para poder respirar o meditar?
¿Y si pudiese permitirme una pequeña pausa entre reunión y reunión?
Todas estas preguntas van en la línea de ayudar a a un buen equilibrio mental y biológico en lugar de "forzar la máquina" para hacer más y más.
Si nos cuidamos, entonces como resultado obtendremos mucho más de lo que estamos ahora consiguiendo.
Recuerda que tu salud depende de tu actitud hacia el trabajo y hacia tu día a día.
ORIOL LUGO
Psicólogo e investigador de la Universidad Ramon Llull.
https://www.facebook.com/oriolugoreal