En el post de hoy voy a hablar sobre la alimentación macrobiótica, la que ha hecho (cito textualmente del artículo ABC) que Isabel Preysler mantenga ese aspecto y figura intacta a lo largo del tiempo. Y yo que pensaba que era cosa de bisturí…
Antes de entrar en materia, hay algo que me ha llamado mucho la atención. En el artículo que os comentaba anteriormente nombran a Michio Kushi, uno de los padres de la macrobiótica moderna que ha escrito más de 70 libros relacionados sobre esta filosofía. Pues bien, éste advierte que hay estudios científicos que evidencian que la población que sigue una dieta macrobiótica no va al hospital, no tiene cáncer ni enfermedades infecciosas o cardiovasculares. Cuál ha sido mi sorpresa, cuando he entrado en esta web http://www.michiokushi.org/ donde comunican que falleció el pasado 28 de diciembre del 2014 con 88 años, debido a un cáncer de páncreas….
Quizás exageró y lo que quiso decir realmente es que reduce las posibilidades, pero como la gente se lo cree todo pues vende más decir que lo cura todo.
Se trata de un estilo de vida basado en la filosofía oriental del Yin y el Yang.
No sé vosotros, pero yo leo esto y me quedo igual. ¿Qué aplicación tendrá el Yin y el Yang en la alimentación?
Supuestamente los alimentos Yin son considerados como pasivos (frutas, verduras de hoja, semillas, tofu, zumos de frutas y verduras naturales) y los Yang como activos (cereales integrales, pastas y harinas integrales, verduras de raíz, legumbres, pescados y mariscos, queso fresco y sal).
Como en todas las dietas hay alimentos que evitar, éstos son los que contienen un exceso de Yin; azúcar, los dulces y pasteles, alcohol, té, café y especias, y los de exceso de Yang; carne, aves, quesos duros y salados y los huevos.
La comida es la clave para la salud y la salud la llave de la paz.
He leído una entrevista donde Michio Kushi explica que los alimentos se convierten en vibraciones a través de la digestión, y éstas cambian nuestra manera de pensar. El hecho de alimentarnos de una forma nos vuelve más competitivos, materialistas o agresivos y si lo hacemos de otra manera, podemos volvernos más pacíficos y espirituales.
Asegura que siguiendo una dieta macrobiótica, la mente se vuelve tranquila y serena.
Tras buscar en varias webs no me queda del todo claro quién fue el maestro y quién el discípulo de la Macrobiótica.
El hecho de que no se considere una dieta como tal sino una serie de principios a seguir, no me termina de convencer. Como tampoco los beneficios reales que nos pueda aportar esta dieta o “filosofía de vida”, la llamemos como la llamemos.
Y vosotros, ¿qué opináis?
Espero que os haya resultado interesante la alimentación Macrobiótica y todo lo que la rodea, hasta pronto!!
Fuentes: Biomanantial | The New York Times | ABC
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