Bendito Internet! Benditas redes sociales!
Recuerdo en mis inicios de la macrobiótica cuando Google estaba en pañales que para encontrar algo sobre macrobiótica la única manera de hacerlo era con los libros, la mayoría de ellos bastante desfasados y con traducciones un tanto extrañas.
Vivimos en una era en la que la información está a disposición de todo el mundo: blogs, vídeos, redes sociales llenas de recetas, artículos y consejos al alcance de todos. Esto está permitiendo que la macrobiótica sea cada vez más conocida y a cumplir el sueño de algunos de nosotros: poder ayudar a más personas a que recuperen la salud, obtengan más vitalidad, sean más felices y cumplan sus sueños en la vida.
Y entonces puedes pensar: si toda la información ya está disponible qué sentido hay en dar cursos de macrobiótica? Pues siempre lo hay, lo hubo y lo habrá en el futuro.
El proceso de aprendizaje en la macrobiótica se podría resumir en 3 partes:
1. Curiosidad.
Supongo que al principio te sorprendió la palabra, MACROBIÓTICA.
Suena como algo raro, verdad?
Para mí ese punto extraño también hace que me llame más la atención saber de ella.
Antes comprabas un libro o mirabas en tu ciudad si había alguna conferencia sobre el tema. Ahora te pones a buscar en google o en youtube y encuentras un montón de información.
Y vas escuchando y vas procesando.
Oyes cosas como “la macrobiótica no contempla los lácteos, los tomates ni el ajo” y te sorprendes, pero sigues leyendo, escuchando, visualizando.
Te llegan un par de recetas y las pruebas, y no están mal, y resulta que ese día te encuentras mejor y ya no te duele la cabeza como antes, o te sientes satisfecha sin ganas de dulce, o cualquier otra cosa que te sorprenda.
Y piensas que vale la pena saber más, y sigues buscando y leyendo y sigues a alguna cuenta de facebook o instagram y empiezas a nutrirte de esa información. Pero falta algo…..
2. Anhelo.
Aquí viene la segunda parte. Después de procesar todo lo que has visto y oído te haces la gran pregunta.
Y yo que debería comer?
La respuesta no es simple. Si hablásemos de un estilo dietético o una forma de comer haces lo que te dicen y si te va bien genial y si no lo dejas.
Pero la macrobiótica es diferente, va mucho más allá de crear reglas de dos y don’ts y te dice: “experimenta y actúa en consecuencia”.
Aaaaargh, y como hago para actuar en consecuencia?? Estos macrobióticos son muy raros!!
Seguir lo que nos dictan las demás personas es fácil: “No como pimientos porque la macrobiótica me dice que no debo”. Yo te pregunto: ¿quién es la macrobiótica?¿No será una u otra persona realmente la que te lo está diciendo?
Y de repente un día comes pimientos y te sientan bien, de hecho te sientan de fábula y te encuentras mucho mejor, y te preguntas: ¿no sé estará equivocando la macrobiótica?
Ostras Dani (pensarás) que lío me estás haciendo!!
Bueno, más que hacerte un lío te estoy mostrando lo que ocurre.
Creer en lo que dice una dieta o una persona que dicta una dieta es fácil hasta que deja de funcionar, o no funciona para todo el mundo. ¿Lo complicado sabes lo que es? Tener el compromiso y la responsabilidad de tomar las riendas de tu vida y cuando no sabes por donde tirar pedir ayuda. Ahí es donde entran los cursos y las formaciones de macrobiótica.
3.Conocimiento y experiencia.
Una buena formación de macrobiótica tiene que ser capaz de enseñarte y darte las herramientas necesarias para que te puedas manejar por ti mism@, que aprendas no sólo el yin y el yang, sino cómo te afecta a ti en particular el yin y el yang.
Por poner un ejemplo, cuando puedo tomar plátanos? El arroz integral es bueno todos los días? son preguntas que tú solamente te podrás responder, siempre con la ayuda y acompañamiento de un formador en macrobiótica.
Nosotros tenemos la experiencia no sólo personal sino también haber trabajado como es mi caso durante más de 10 años con multitud de personas de diferentes condiciones.
Y evidentemente tu eres únic@ y especial, pero generalmente encajarás más o menos en algún patrón conocido, y así podrás ir hacia adelante y seguir tu camino de descubrimiento de qué es lo que te sienta bien o no, qué es lo que te da o te quita energía, qué te hace estar siempre triste ( los alimentos también te pueden poner triste) o qué necesito comer hoy mismo para cumplir mis metas y sueños.
Es entonces cuando entrarás en el camino de la macrobiótica, un camino de conocimiento y experiencia.
Muchas personas cuando acaban la formación me dicen: esto está muy bien, pero yo no lo voy a hacer al 100%. El objetivo no es marcarse un tanto por cien, sino entrar en ese camino de autoconocimiento que te haga llegar a la conclusión de que hoy no es el mejor día para comer trigo sarraceno y sí para una ensaladilla de quinoa con unas natillas de calabaza.
Por cierto, este mes de Febrero empezamos cursos presenciales de macrobiótica. Escríbeme a info@esmaca.cat si quieres más información.
Un abrazo,
Dani.