La masturbación

Dentro de la sexualidad, la masturbación es un aspecto muy importante que ayuda a desarrollar el conocimiento del propio cuerpo. La masturbación se define como la estimulación de los órganos sexuales con la finalidad de obtener placer sexual. Este proceso se puede llevar a cabo mediante las propias manos o con algún elemento. Asimismo, también se llama masturbación cuando se realiza a otra persona.

La iniciación en esta práctica depende de cada individuo. El despertar sexual viene dado por el efecto de las hormonas, tanto masculinas como femeninas, durante la pubertad. Ésta es la época en que chicos y chicas comienzan a explorar su cuerpo y, por tanto, los primeros descubrimientos sexuales a través de la masturbación.

La masturbación en la vida sexual

Aldara Martos y José Bustamante, psicólogos y sexólogos, explican que "la masturbación no es una práctica nociva sino saludable para el ser humano". Su importancia reside en varios aspectos: "en primer lugar, porque nos convierte en dueños de nuestra sexualidad. Esto no significa que sustituya las relaciones sexuales en pareja, simplemente que es una vía más de sexualidad. Y, en segundo lugar, porque es una forma de conocimiento de nuestro propio cuerpo, pero sobre todo de nuestra respuesta sexual", afirman Martos y Bustamante.

La masturbación es importante para conocer los gustos, las sensaciones que aparecen y el control de la respuesta. Es la mejor forma de garantizar que la sexualidad en pareja será también satisfactoria. Los sexólogos también afirman que "se puede tener pareja y masturbarse sin que ello suponga que ya no se desea sexualmente al otro".

Ambas prácticas sexuales pueden convivir perfectamente. Si uno siente deseo a diario y el otro únicamente dos veces por semana, la masturbación puede ser una alternativa. Uno no tiene por qué renunciar a su placer y el otro tampoco debe sentirse forzado.

Falsos mitos sobre la masturbación

A lo largo de la historia se han acuñado falsos conceptos acerca de esta actividad. Frases como 'te quedas ciego' o 'produce impotencia' son algunas de las creencias que ya están superadas. Sin embargo, todavía perdura el mito de que la masturbación produce acné. La explicación no es otra que la relación que existe entre los inicios de la masturbación, durante la pubertad, y la aparición del acné justo en esa época.

Aldara Martos explica que "estos mitos han sido utilizados para tratar de frenar la masturbación, por considerarlo un acto pecaminoso. Afortunadamente las cosas han cambiado al respecto y hoy en día casi nadie se atreve a considerar la masturbación como un acto dañino". La ciencia deja claros los beneficios de la masturbación y destierra los mitos sobre la misma. "La moral, sin embargo, es personal y uno puede decidir si se masturba o no en plena libertad" aclara Martos.

Relación con trastornos sexuales

Las primeras masturbaciones en la adolescencia suelen ser en muchos casos el origen de una posterior eyaculación precoz. "El motivo es que muchos jóvenes lo hacen de forma rápida (poca intimidad, tienen poco tiempo, etc.) y su cuerpo aprende a trabajar deprisa y eyacular rápidamente", afirma José Bustamante.

En cuanto a la falta de apetito sexual, el sexólogo comenta que "no hay una relación clara entre masturbación y deseo, lo cierto es que como cualquier otra conducta placentera, si la disfrutas tienen más ganas de practicarla, por lo que una adecuada atención al deseo, tengamos o no tengamos pareja, va a ayudarnos a tener una buena salud sexual y por tanto prevenir posibles problemas sexuales".

?La masturbación se puede convertir en un problema?

La masturbación puede convertirse en adictiva. Es entonces cuando puede ser un problema. "El exceso, entendido como alguien que no hace otra cosa en todo el día, es evidente que es perjudicial" explican los expertos. Sin embargo, cada persona tiene un nivel de deseo distinto, y lo que para alguien es normal (una vez a la semana) para otra persona puede ser poco.

Esta práctica comienza a ser una adicción cuando se empiezan a dejar de hacer actividades por la masturbación, e incluso si se dejan de lado algunas de las obligaciones por hacerlo.

No obstante, los beneficios son claros, ayuda a relacionarse con el propio cuerpo, con la propia intimidad y con las sensaciones. En la medida en que se conoce cómo funciona el organismo, el disfrute con otra persona será mayor.

?Cuál es la manera correcta de hacerlo?

No hay una forma correcta para masturbarse. La única norma sería el dejarse llevar e ir descubriendo el cuerpo y su respuesta sexual. Lo que sí es importante es que tanto el pene como la vulva son partes muy sensibles por lo que hay que acariciarlos de forma delicada y cuidar la higiene al hacerlo.

"La mayoría de hombres se masturban utilizando el prepucio para estimular el glande, mientras que ellas acarician su clítoris con los dedos. El resto de caricias alternativas sobre el escroto, pecho, ano o vagina son para algunas personas necesarias para el placer", afirma Bustamante.

Más hombres que mujeres

Las estadísticas ofrecen resultados que indican que los hombres se masturban en mayor proporción que las mujeres. En palabras de Martos: "ambos sexos tienen las mismas necesidades. La única diferencia es que, por cultura, esas necesidades han sido en muchos casos reprimidas en las mujeres".

A las consultas de sexología acuden muchas mujeres cuyos problemas sexuales (anorgasmia, falta de deseo,..) se gestan por la falta de conocimiento de su propio cuerpo y que, a pesar de querer iniciarse en la masturbación, se sienten mal cuando lo hacen.

Por lo tanto, la realidad es que es una cuestión de educación. La enorme diferencia en la educación sexual de chicos y chicas hará que ellos puedan hablar e incluso alardear de ello, mientras que para ellas sea un tema tabú y vergonzante. Esto se traduce en que algunos chicos descubren la masturbación por información de otros chicos de su edad o algo mayores, mientras que ellas pueden optar por no masturbarse o iniciar la conducta en la edad adulta una vez despojadas de vergüenzas y represiones.

Agradecimientos a Aldara Martos y José Bustamante, psicólogos y sexólogos del Centro de Psicología, Sexología y Pareja, Martos Bellmunt