Eso no quiere decir que no necesitemos ayuda, la seguridad e independencia no significa aislamiento. También es importante pedir ayuda y ser capaza de darla, no es malo necesitar de alguien, el problema es creer que está en alguien más el poder de sanarte, de decidir o de hacerte feliz. Es tan importante ser autónomo como la necesidad de dar y recibir ayuda.
La idea de mostrar la propia vulnerabilidad parece ser ahora el problema, porque las personas solo pedimos ayuda cuando la situación se torna insoportable, cuando el problema nos ha sobrepasado. Estamos tan ocupados en evitar mostrar nuestra debilidad o en el extremo contrario (esperando que hagan todo por nosotros) que ignoramos el sufrimiento que hay a nuestro alrededor, en esto como en todas las cosas es necesario encontrar el equilibrio, conocernos, amarnos, ser nuestros propios dueños con el deber de salvarnos a nosotros mismos sabiendo que podemos y debemos apoyarnos en los demás con respeto y dignidad hacia lo propio y lo ajeno.
Si ves a alguien que necesita ayuda, no dudes en dar una mano, ya pocos se atreven a pedirlo así que hazlo sin preguntar, sin dudar. Tampoco dudemos en pedir ayuda porque si aprendemos a hacerlo, lo mismo harán las personas cercanas a nosotros.
La gente no salva a la gente pero le ayuda a salvarse a sí misma.