Los síntomas en algunos casos pueden presentarse por mínimas cantidades de lactosa mientras que en otros, por el contrario, se necesitan grandes cantidades para notarlo al tener un umbral de sensibilidad más alto, lo que dificulta su diagnostico. Mucha gente confunde las señales que manifiesta nuestro cuerpo con una simple diarrea o algún problema asociado a un cambio en la dieta. Es recomendable prestar atención a la sintomatología general del organismo y no sólo si se presenta como trastornos digestivos, dolor abdominal, los gases o la diarrea, si no también como migrañas, cansancio o irritabilidad.
Más allá de la intolerancia cuyo origen es genético o heredado, puede estar causada además por los siguientes motivos:
- Al dejar de mamar durante la infancia, ya que los niveles de lactasa disminuyen.
- Problemas intestinales provocados por virus, bacterias o parásitos.
- Intolerancia al gluten o a las proteínas de la leche de vaca.
- Desnutrición provocada por episodios de diarrea intensa y lapsos prolongados.
- Operaciones quirúrgicas de estomago.
- Ciertos antibióticos.
Existen cuatro pruebas médicas que ayudan a determinar si el paciente sufre esta patología: el test de intolerancia, la analítica, la prueba del hidrógeno espirado o la biopsia intestinal.
¿Conoces a alguien que sufra de intolerancia a la lactosa? Cuéntanos su experiencia.
Fuente: Saber Vivir y lactosa.org