Brote de Ginkgo Biloba
El ginkgo biloba es un árbol cuyas hojas mejoran la circulación de la sangre en el cerebro. Es una hierba popular en la medicina china y ha sido relacionada con mejora en la memoria y en las funcione cognitivas. Sus hojas con forma de aspas también lo han hecho popular como elemento decorativo. ¡Incluso lo cultivan como bonsai!
Los cuidados necesarios para mantener un árbol de ginkgo biloba no son fáciles y de esta misma forma la germinación del ginkgo es un poco más difícil que la de otros árboles, pero hay unos cuantos consejos que aumentarán tus posibilidades de éxito. Las semillas recién recolectadas están cubiertas por un fruto maloliente. El fruto del ginkgo contiene bajos niveles de urushiol, un irritante de la piel que se encuentra en la hiedra venenosa y el roble venenoso. Para evitar malas experiencias, se recomienda obtener las semillas limpias de una compañía que se dediquen a comercializar semillas.
Semillas germinadas de Ginkgo
Las semillas del ginkgo biloba tienen un período de germinación largo y tienden a acumular moho en la cáscara exterior. La presencia de moho no indica automáticamente que la semilla está muerta. Estará bien en tanto que el moho no alcance el embrión. Para evitar el moho mientras esperas a que germine, esteriliza la semilla en una solución suave de lejía (1:8, lejía:agua) por unos pocos minutos y aclara bien. Podría parecer contraproducente poner una semilla viva en lejía, sin embargo, la solución es diluida y las semillas deberían ser simplemente remojadas el tiempo suficiente para que la lejía llegue a la cáscara exterior y no más allá.
El siguiente objetivo es permitir que la humedad y el aire lleguen más allá de la capa exterior. Haz unos suaves cortes a lo largo de la cáscara, siguiendo el borde, que recorra la circunferencia de la semilla. Cuidado con no dañar al embrión. (Hay una membrana marrón muy fina alrededor del embrión que no debe ser penetrada).
Los árboles de ginkgo crecen en áreas donde es normal que haga mucho frío. Las semillas del ginkgo están, por lo tanto, acostumbradas a temperaturas bajas y se han adaptado a responder a cambios estacionales. El cambio de temperaturas frías a cálidas tras el invierno informan a la semilla de que puede empezar a crecer. Si no vas a plantar tu semilla en el exterior durante una época fría tendrás que recrear artificialmente esta experiencia para la semilla.
El proceso se conoce como “estratificación de frío y humedad”. La estratificación de frío se consigue fácilmente conservando las semillas en el frigorífico durante un mes. Si tus semillas no han sido pre estratificadas, deberías hacer esto antes de exponerlas a las temperaturas más cálidas necesarias para que brote. Esto se puede hacer antes o después de practicarle los pequeños cortes de los que hablábamos antes.
Asumiendo que tus semillas de ginkgo biloba han sido expuestas a la estratificación de frío, están ahora preparadas para la germinación. Coloca las semillas con los cortes realizados en arena húmeda y preferiblemente estéril y ponlas en una bolsa con cierre hermético (zip). Colócalas de modo que las semilla apenas sobresalgan de la arena. Añadir agua oxigenada al agua usada para humedecer la arena es otra opción para prevenir que salga moho.
Guarda las semillas de ginkgo plantadas a temperaturas de entre 21 y 24 grados centígrados. Cuando las semillas broten verás los pequeños tallos verdes presionando la bolsa. Cuando veas que empiezan a desarrollar hojas, trasplanta tu ginkgo o ginkgos a una mezcla de más arena y tierra. Mantén la humedad de la tierra igual que la de la arena de la bolsa y protégelas del sol y de cantidades excesivas de agua.
A partir de aquí toca esperar. Quién sabe, puede que tus ginkgo vivan miles de años :)
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