Una no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad.Carl Gustav Jung
Hijas de madres toxicas, naciste ignorada, quizás fuisteis los celos de papa, quizá la molestia de mama, quizás por todo ello y más, no recibisteis el reconocimiento y el amor, que de niños y niñas reclamamos a nuestros padres.
Siempre hubo un hermano mayor, un padre, una madre, o un hermano pequeño, antes que tú.
Pero la realidad es que esto ya pasó. Ahora somos adultos, mayores, madres y padres de família, tenemos nuestros hijos, trabajos, familias, deudas, y ellos, los padres son ancianos y quizás algunos dependan de nosotros.
Es el momento de empoderarnos, y decir, el amor de papa o de mama me hacía falta de niño, de niña cuando crecía y era dependiente de ellos, no ahora, que ellos van a depender de mí.
Ahora ya no me hace falta que me den ni me demuestren nada.
Ahora ya soy suficiente.
Ahora yo decido a quien dar mi amor o no darlo.
Si bien tampoco me hace falta ir mendigando el reconocimiento de los demás, tampoco lo tuve de ellos, mis padres, ahora tampoco se los voy a mendigar y menos a desconocidos a compañeros de trabajo o a mi fustigada pareja.
Los libero a todos ellos de darme su reconocimiento.
Yo me reconozco por mí mismo, POR MI MISMA no por todo lo que he sufrido o tengo que sufrir, me salgo de toda esta “mierda”, toda esta red de chantajes emocionales de “matrix” y de embrollos emocionales.
Ya no me hace falta que nadie me diga lo que está bien o mal.
Yo ya se lo que es bueno o malo.
No busco el reconocimiento de nadie.
Ni intento converncer a nadie de nada.
Hago lo que creo mejor y punto.
Y me libero de toda esta carga que he cargado desde mi infancia hasta hoy, la libero.
Cierro los ojos e imagino que tengo un globo, del color más oscuro y pesado, y lo lleno con todas estas situaciones que he ido hablado, con todos esos conflictos y traumas, que he contado y todas las emociones negativas que he experimentado, meto todo ello, rencor, miedo, rabia, desvalorización, tristeza, injusticia, desvalorización, y más, y más y más, lo meto todo dentro del globo, lo vomito todo dentro de este saco de trapero y lo ato, lo ato, lo ato con un fuerte nudo.
Una vez lleno y atado miro, con los ojos cerrados hacia el cielo y lo suelto, y veo en mi imaginación, mirando hacia el cielo como se eleva y se pierde en el cielo azul y me quedo libre de toda esa mierda, de toda esa carga que nunca debería de abre estado en mí, y me siento libre de toda esa carga, de toda esa mierda que nunca debería haber estado en mí, porque en mi a partir de ahora solo hay sitio para la concordia, para la felicidad, para el entendimiento, para el amor.
Por fin me he liberado de todo ello. Y me siento un alma ligera, una persona ligera libre y feliz, sin culpas, riñas, rencores ni dolores emocionales.
Y recupero esa sensación de bienestar y felicidad que tanto tiempo he deseado en mí.
Hijas de madres toxicas, pensando en ti.
No me hace falta el reconocimiento de nadie ni de nada.
No me hace falta convencer a nadie de nada.
No me hace falta tener la razón.
Porque ahora soy consciente que todo está en mí, me he vaciado y he llenado todos esos vacíos, los he llenado de AMOR de LUZ y de ENERGÍA.
Y así actúo y me muestro.
Con LUZ, sabiduría y conciencia.
Con AMOR, el único sentimiento de mi alma.
Con ENERGÍA, con la vida que fluye por mi cuerpo.
Y así me muestro y así soy sin deberle, ni pedirle nada a nadie.
Y recupero mi salud, mi amor, mi felicidad, que nunca más voy a perder ni olvidar, porque van a ser mi prioridad.
Léelo, léelo y escenifícalo tantas y tantas veces hasta sentir la plenitud y el gozo de la vida en ti.
Pensando en ti.
Aquí os dejo mi granito de arena, sobre la liberación emocional, podéis seguir leyendo más artículos míos en este mismo portal, sobre las terapias y técnicas que aplico en consulta.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.
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