El flujo vaginal es un fenómeno normal que está presente en todas las mujeres con edad reproductiva. Este no es más que el moco conocido como moco cervical y producido por las glándulas de la vagina y el cuello uterino. La función de este flujo vaginal es lubricar y mantener el área vaginal limpia, al arrojar las células muertas y bacterias.
Generalmente, el cuerpo de una mujer produce entre unos 3 y 4 milímetros de flujo vaginal blanquecino todos los días. En circunstancias normales, la secreción vaginal no tiene olor, sin embargo durante las diferentes etapas del ciclo menstrual se puede experimentar un olor leve, así como algunos cambios en la cantidad que se produce. Diversos factores como el estrés, las píldoras anticonceptivas, la actividad sexual, la lactancia materna, el embarazo, entre otro, también afectan el flujo vaginal.
Así como el patrón del ciclo menstrual varía de una mujer a otra, el moco cervical o la descarga de fluido vaginal varía de una mujer a otra. Una mujer experimenta varios cambios en su flujo entre dos ciclos menstruales. Inmediatamente después de ese período, el flujo vaginal es escaso y denso en su consistencia. Esta etapa seca es seguida por una etapa pegajosa, en la que el flujo se torna espeso, cremoso y pegajoso. Durante la ovulación la secreción vaginal es más clara y fluida.
¿Qué sucede durante la ovulación?
Los ciclos menstruales en la mujer pueden tener una duración aproximada de 23 a 35 días, con la mayoría de los ciclos entre 28 y 32 días. Si el primer día del ciclo se cuenta como día uno, el proceso de la ovulación en una mujer se producirá entre los días 10 y 19. Esto es sólo una guía aproximada, que puede variar de una mujer a otra.
La ovulación es el proceso en el que los ovarios liberan un óvulo maduro. Este óvulo se desplaza por la trompa de Falopio, donde puede encontrarse con un espermatozoide y ser fertilizado. Si ocurre la fertilización, el óvulo fecundado viaja por todo el camino hasta el útero y se implanta en el revestimiento del endometrio, produciéndose el embarazo.
Si el óvulo no es fecundado, el huevo sigue el mismo recorrido por las trompas de Falopio hasta el útero, pero en este caso la implantación no tiene lugar. En lugar de ello, el revestimiento del útero engrosado empieza a desprenderse, lo que resulta en la menstruación y la expulsión de las células que revestían el útero.
Cuando una mujer está ovulando, se producen muchos cambios hormonales en el interior de su cuerpo. De hecho, dos hormonas, denominadas estrógeno y progesterona, aumentan y disminuyen sus niveles en varios puntos durante todo el proceso de la ovulación. Estos cambios afectan el flujo vaginal durante, antes y después de la ovulación.
El flujo vaginal que se forma durante la ovulación también se conoce como moco fértil, porque este moco se forma en el período más fértil de la mujer, cuando existe una alta probabilidad de quedar embarazada. La descarga aumenta de volumen y se asemeja a las claras de huevo crudas. Esta consistencia es perfecta para llevar los espermatozoides hacia el óvulo.
Las mujeres que intentan quedar embarazadas deben mantener una estrecha vigilancia sobre la consistencia del flujo vaginal, para identificar cuándo ha comenzado el período fértil. Las que no desean concebir pueden utilizar el mismo método para realizar un seguimiento de la ovulación y evitar embarazos no deseados.
Flujo vaginal marrón durante la ovulación
Hay posibilidades de que una mujer experimente un flujo amarronado o un ligero sangrado durante la ovulación. Esto puede ser sobre todo un indicador de sangrado de implantación. Alrededor de un veinte por ciento de todas las mujeres embarazadas han experimentado tal descarga o sangrado durante el embarazo temprano. Este síntoma no es nada por lo que haya que preocuparse y solo durará un par de días.
Como hemos visto, los cambios en el flujo vaginal durante la ovulación son experimentado por todas las mujeres y no deben ser motivo de alarma. Sin embargo, cuando hay secreción verde o amarilla, acompañada de irritación vaginal, dolor en y alrededor de la vagina, cualquier dolor o incomodidad, existe la posibilidad de una infección. En tales situaciones, se debe consultar a un ginecólogo lo más pronto posible.