La fisioterapia, o terapia física, ocupa uno de los lugares más importantes en la atención para personas con discapacidad física. Ya sean discapacidades transitorias o permanentes, los profesionales en fisioterapia ayudan a promover, mantener y aumentar el nivel de salud, colaborando de manera directa en la rehabilitación y en la recuperación de calidad de vida desde lo social, familiar y laboral.
El rol de la fisioterapia en pacientes con discapacidad física
Además del beneficio al estado general de salud físico del paciente, la fisioterapia también se encarga de trabajar sobre partes del cuerpo que ayudan a prevenir dolencias o complicaciones que tienen su origen en una enfermedad o discapacidad previa. La rehabilitación es, también, un proceso de aprendizaje para que los pacientes puedan conocer mejor su estado, sus posibilidades y alternativas de recuperación.Uno de los objetivos finales de la fisioterapia es ayudar al paciente a recuperar determinados niveles de autonomía, siempre dependiendo del tipo de discapacidad y alcance de la enfermedad que lo aqueja.
Recomendación médica
La realización de sesiones de fisioterapia suele venir acompañada de una recomendación médica en aquellos casos donde realizar actividades diarias se vuelve doloroso o molesto. Después de un accidente o una lesión, o cuando los síntomas de una enfermedad afectan al sistema locomotor, los fisioterapeutas son los profesionales de la salud con conocimientos para trabajar distintas alternativas tendientes a mejorar la calidad de vida y a recuperar el rendimiento físico de los pacientes.Hay distintas situaciones en la vida y en la salud de las personas que ameritan o requieren el trabajo de la terapia física, o fisioterapia. Entre los más habituales encontramos:
Parálisis cerebral.
Trastornos genéticos.
Afecciones de tipo cardíaco o pulmonar.
Lesiones en la médula ósea.
Enfermedades degenerativas o de los músculos.
Traumatismos varios.
La fisioterapia como tratamiento en la discapacidad tiene como principal objetivo lograr que el paciente adquiera fuerza, mejore sus movimientos y fortalezca las habilidades para el desempeño de las actividades diarias de manera autónoma.
En algunas enfermedades o lesiones puntuales, hay movimientos que no se pueden realizar, pero el trabajo del fisioterapeuta es ayudar al paciente a alcanzar los mejores niveles de autonomía posibles de acuerdo a su propio estado.
Las técnicas principales de la fisioterapia abordan la recuperación de flexibilidad, el fortalecimiento de los músculos y articulaciones y el aumento de la resistencia para que el paciente pueda, con el paso del tiempo, volver a hacer uso de sus facultades físicas en el mejor estado posible.
El trabajo físico debe ser realizado en conjunto con un abordaje psicológico y de acompañamiento para que la familia y el círculo cercano también ayuden y acompañe estas mejoras. A partir de allí, la clave está en seguir mejorando la calidad de vida del paciente.