¿Existe una glándula prostática femenina?
En 1981, los sexólogos estadounidenses Beverly Whipple y John Perry publicaron un informe donde planteaban que una mujer podía liberar cantidades notables de líquido de su vagina. Su evidencia innovadora sugirió que el fluido era secretado por glándulas equivalentes a la próstata masculina, refiriéndose a las glándulas parauretrales o de Skene.
¿Qué ocurre con la uretra?
Otra evidencia ha sugerido que un orgasmo del punto G, el cual está conectado a la uretra, también puede producir una eyaculación.
¿Qué esperar?
La eyaculación femenina produce un líquido de color nacarado diferente a la orina. Algunas mujeres pueden eyacular hasta la mitad de una taza, expulsando este líquido a unos pocos pies de distancia. La eyaculación es un líquido alcalino que no es en absoluto como la orina, aunque contiene urea o creatinina, que son constituyentes normales de la orina.
¿Cómo se logra una eyaculación femenina?
Eso depende completamente de la técnica usada y aceptada por cada persona, pero debe ser más probable cuando se está muy relajada. Generalmente se suele masajear o estimular el punto G (que se encuentra en la pared interior y superior de la vagina), hasta que se sienta el típico deseo de orinar. El truco consiste en conseguir que se relajen y aflojen por completo los músculos del suelo pélvico. Junto con la eyaculación, pueden ocurrir los orgasmos múltiples dejando a la mujer con una incapacidad de ponerse de pie. Ir al baño de antemano debería ayudar a relajarse, ya que ayudará mentalmente a descartar la posibilidad de la micción.