En algunos casos las mujeres pueden dudar o frenar su eyaculación, creyendo que están a punto de expulsar orina y tener un momento embarazoso delante de su pareja. Sin embargo, tras analizar el contenido de una eyaculación femenina se ha comprobado que no es orina, sino un líquido prostático emitido por las glándulas cerca de la uretra, muy similar a la eyaculación masculina. Aquellas que la experimenta libremente la describen con entusiasmo como una sensación de “dejarse ir”, “liberadora” e “intensamente placentera”.
Aunque todas las mujeres están preparadas anatómicamente para la eyaculación, esto es principalmente una habilidad que se aprende. Todos podemos aprender a eyacular, sólo tienes que tomarte el tiempo necesario para perfeccionar esta habilidad sexual.
Paso 1: Preparación: (no saltarse esta parte)
Vaciar la vejiga. Aunque la eyaculación no es orina, vaciar la vejiga antes de empezar borrará la preocupación de que estás orinando cuando en realidad estás eyaculando.
Colocar una toalla. La eyaculación femenina puede ser un poco incómoda y con este simple acto puedes relajarte y aliviar la sensación de humedad en tus sábanas.
Tener fortaleza en los músculos pélvicos es una parte importante de la eyaculación femenina. Haz ejercicios de Kegel para lograrlo.
Prueba primero por tu cuenta. La preocupación acerca de lo que piense tu pareja puede desalentar la liberación necesaria para lograr una eyaculación.
Paso 2: Construir la eyaculación
Es imposible simplemente eyacular sin lograr la excitación. El cuerpo y la mente tienen que estar preparados. Comienza a construir la eyaculación con las siguientes técnicas:
Excitarse. Concéntrate en tus pensamientos más sexys, usa juguetes, e incorpora una fantasía favorita, pornografía o erotismo para lograr una gran excitación.
Estimular el punto G. Usa un dedo para encontrar y empezar a explorar tu punto G, usa movimientos circulares firmes para empezar.
En ocasiones se puede sentir como si tuvieras que hacer pis, no te preocupes que no lo harás.
Repite esto varias veces durante 30 min: relájate y después empuja, todo el tiempo estimulando al punto G. Esta acción te ayudará a construir la eyaculación.
Paso 3: Eyacular
• Una vez que el punto G se sienta hinchado, continúa con la estimulación.
• Aumenta la velocidad y la intensidad de una manera que se adapte a tu cuerpo.
• Aumenta tu excitación y continúa para lograr el orgasmo.
Paso 4: Cuando nada sucede
Cuando la estimulación del punto G no es lo tuyo. Si no estás alcanzando el orgasmo con la estimulación del punto G, cambia a otro método preferido de estimulación, ese método en que confías para alcanzar el orgasmo. Si colocas tus manos sobre o cerca del clítoris, los dedos estarán en posición perfecta para sentir el líquido extra que sale de la uretra. Presta atención, ya que es posible eyacular sin observar algún brote obvio.
Si notas que no estás eyaculando con ningún estímulo. Elimina el agobio y prueba de nuevo cuando tengas un mejor estado de ánimo. Esto no es una carrera, solo estás tratando nuevas formas de experimentar placer. Si no está funcionando, no te desanimes, sigue intentando.
* Recuerda, es posible tener un orgasmo sin eyacular.
Paso 5: Después de la eyaculación
Después de experimentar la eyaculación es el momento perfecto para familiarizarse aún más con las sensaciones y puedes utilizar esta información en el futuro. Analiza tu eyaculación, siente su consistencia y olor. Esto te ayudará a distinguir la diferencia entre la eyaculación y otros posibles vertidos.
La sensación de la eyaculación puede provocar emociones. El nervio pélvico es el nervio principal que controla la eyaculación femenina. Este nervio puede estimular emociones, es una magnífica oportunidad para conocerte a ti misma un poco mejor.