Estamos acostumbrados ya a que actimel es un un alimento común en nuestra cesta de la compra, pero… ¿De verdad es necesario incluir actimel en nuestra dieta diaria? Mucho se habla en la actualidad de, flora intestinal, lactobacilos, bacterias intestinales y un sinfín de nombres más, pero en realidad no tenemos demasiado claro cómo funciona todo este sistema.
Vamos a intentar poner un poco de luz a todo esto:
En el intestino de los recién nacidos no hay microorganismos, se puede decir que es estéril, ya que su alimentación se produce a través de la placenta materna.
Durante el parto las bacterias se empiezan a instalar en el intestino del recién nacido a través de la boca y provenientes de la flora vaginal y gastrointestinal de la madre.
Las primeras bacterias que llegan al colon en el momento de nacer son Entero bacterias Microerafilas, que consumen el escaso oxigeno restante en el lumen intestinal y produce un ambiente favorable para el desarrollo de los Anaerobios. De ahí la importancia que el parto sea normal (vaginal). Aquellos que nacen por cesárea tendrán mayores problemas inmunológicos e intestinales, por lo que será necesario repoblar su flora intestinal.
Después se produce un fenómeno extraordinario, la leche materna estimula la colonización de ese lumen sin oxigeno por una flora muy especial. Primero por Escherichia Coli y a continuación por un predominio de Lacto Bacilos y de Bífido bacterias. Hasta este momento no han sido necesario tomar actimel para crear la flora bacteriana.
Esta flora especial cumple muchas funciones, dentro de las cuales destaca, la protección del lactante contra una serie de enfermedades, de las cuales una de las más temidas es la diarrea aguda. Es decir, se produce un ecosistema en el tubo digestivo que impide que un Entero patógeno (tales como Salmonelosis, Shigelosis, Tifoidea etc.) lo colonice mientras el niño es amamantado. Seguimos sin necesitar actimel.
Luego, llegamos a la conclusión de que el metabolismo humano no produce bacterias, sino que favorece su instalación en el intestino creando la llamada” flora intestinal”, estas bacterias habitan en la vagina, boca e intestinos llegan de forma exógena por la alimentación y actúa como un órgano más del metabolismo, aportando al individuo un gran número de genes diversos y muy activos, que codifican (crean) proteínas y enzimas muy variadas, dando lugar a actividades metabólicas que se desarrollan continuamente en el cólon.
Son recursos bioquímicos que NO están en el GENOMA HUMANO, y por lo tanto sus funciones no se producirían en la ausencia de la vida bacteriana en el colon.
Los Lactobacillus Casei son los organismos que compone el ingrediente base de actimel. Destacan por su facultad de supervivencia. Los ácidos presentes en nuestro estómago son altamente destructivos; sin embargo los L. Casei Defensis consiguen atravesar este filtro estomacal para alcanzar el tracto intestinal sano y salvo, siendo de gran beneficio para el individuo. Genera ácido láctico lo que colabora en la inhibición del desarrollo de bacterias dañinas y contribuye en la proliferación de las benignas.
¿Por qué no es necesario tomar actimel?
Al ser favorable para la digestión, mermar la intolerancia a la lactosa, ayudar a que el intestino funcione adecuadamente y evitar las diarreas infecciosas, las industrias alimenticias, en especial las lácteas, vieron en él una utilidad rentable y lo incorporaron en sus alimentos funcionales.
Parece ser que el l-casei inmunitas fue desarrollado por la industria farmacéutica-medica, para aquellas personas que, por diferentes motivos, carecían de esta bacteria en sus intestinos. Quizás no eran demasiadas y el negocio no resultaba demasiado rentable, por lo que vendieron la patente a la industria alimentaria, la cual, si ha sabido sacar partido al tema.
Tras la difícil labor de obtener conclusiones objetivas durante mi investigación ( ya que todos los estudios que he encontrado están respaldados por la empresa francesa DANONE) he llegado a la conclusión que ni son tan beneficioso como las industrias lácteas prodigan, ni tan perjudiciales como otros nos quieren hacer ver, es, a mi parecer, un recurso más del que disponemos en el mercado alimentario y que debemos hacer uso de él cuando lo necesitemos y siempre que veamos que realmente nuestro cuerpo lo necesita.
Si mantenemos una alimentación equilibrada y variada, estamos aportando todos los nutrientes para que nuestro cuerpo desarrolle sus propias defensas, en cuyo caso tomar actimel es algo superfluo, y a mi entender, innecesario en personas sanas.
Quizás, en personas convalecientes de operación quirúrgica, enfermas o de salud delicada, puede funcionar como un aporte extra que será beneficioso hasta llegar a un estado óptimo de salud. Sin embargo en niños sanos y personas sanas, tomar actimel, lo veo contraproducente e innecesario, no beneficia más que a la industria que lo creó. Y eso, no sólo lo digo yo, aquí os dejo un buen comentario sobre el tema. http://ow.ly/l5Zl30hYBAE