¿Cómo te sientes tú?
La clave fundamental reside en saber cómo te sientes tú. Una obsesión es agotadora porque la mente de aquel que está obsesionado con alguien gira prácticamente las veinticuatro horas del día alrededor de su objeto obsesivo. De esta forma, la persona se olvida incluso de sí misma y de su propio bienestar. No desconecta de su foco sentimental.
Cuando una persona se obsesiona con otra, la historia no fluye con naturalidad. Aquel que está obsesionado fuerza situaciones con su exceso de interés y el exceso de mueestras de amor. La persona que está obsesionada piensa que tiene que estar demostrando algo constantemente al otro.
Estás obsesionado cuando precisamente este es el comentario que te han dicho algunas de las personas de tu entorno que te conocen bien y se cansan de escucharte hablar siempre sobre el mismo tema como si no hubiese nada más en el mundo. La obsesión no es un sentimiento relajado y tranquilo sino una fuerza que te envuelve y que te controla (la clave de una obsesión reside en darse cuenta de que la persona ha quedado cegada por algo externo a sí misma).
Es decir, sientes que la situación te desborda, lo que te hace tener cambios bruscos de humor y vivir en una especie de noria en la que te mueves del extremo de la felicidad al extremo del drama pero no hay puntos medios. La verdad es que hay personas de las que es mejor no enamorarse.
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