A veces me preguntáis que cómo lo hago, cómo puedo conocer a tanta gente y la verdad es que no siempre ha sido fácil ser sociable todos hemos pasado por esa etapa antisocial en la que no queremos ni mirarnos al espejo, pero que hay que pasar y dejar a un lado.
Nos puede dar pereza, sentirnos mal porque estemos pasando por un mal momento, pero comunicarte y empatizar con otras personas, es lo que hace que tu cerebro recargue pilas. Los lazos con otras personas, te enriquecen y te hacen mejor persona. Todo ser humano te aporta una enseñanza, que aunque la veamos desde un lado negativo, podemos desmontar esa percepción y quedarnos con lo positivo, o lo que es lo mismo ver el lado bueno de las cosas. Y así avanzaremos hacia delante en nuestra vida, curando las heridas y olvidando los pensamientos negativos que tanto daño nos hacen.
Deja que un problema sea una carga y apórtale una solución. ¿Cómo? Habla con otras personas y tasa su experiencia en esa vivencia que a ti te está ocurriendo y que ellos han vivido alguna vez.
La inteligencia social se manifiesta claramente en los ámbitos de la guardería, en el patio del recreo, en el cuartel, la fábrica y en la sala de subastas, pero elude las condiciones formales estándar del laboratorio Eso fue lo que dijo Edward Thorndike, el psicólogo de la Universidad de Columbia en su artículo publicado en 1920 en el Harper´s Montly Magazine, en el que afirmó claramente la importancia de las relaciones interpersonales en multitud de campos, especialmente en el liderazgo. La falta de inteligencia social puede convertir, al mejor de los mecánicos de una fábrica en el peor de los capataces
Deja que un problema sea una carga y apórtale una solución. @bellezapercaleo
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Richard Davidson, comentó: Todas las emociones son sociales. Resulta imposible separar la causa de una emoción del mundo de las relaciones, porque son las relaciones sociales las que movilizan nuestras emociones Como veis emoción y relación/es van de la mano, no se pueden separar.
Dicho esto y en homenaje a Daniel Goleman, vamos a analizar el modelo de inteligencia social, derivado del de inteligencia emocional, que tanto éxito le ha dado.
Los ingredientes fundamentales de la inteligencia social pueden agruparse en dos categorías:
La conciencia social: lo que sentimos sobre los demás
La aptitud social: lo que hacemos con esa conciencia
LA CONCIENCIA SOCIAL:
Se refiere al espectro de la conciencia interpersonal que abarca desde la capacidad instantánea de experimentar el estado interior de otra persona hasta llegar a comprender sus sentimientos y pensamientos e incluso situaciones socialmente más complejas. La conciencia social está formada por:
Empatía: sentir lo que sienten los demás, interpretar adecuadamente las señales emocionales no verbales.
Sintonía: escuchar de manera totalmente receptiva; conectar con los demás
Exactitud empática: comprender los pensamientos, sentimientos e intenciones de los demás
Cognición social: entender el funcionamiento del mundo social.
LA APTITUD SOCIAL
El hecho de experimentar el modo en que se siente la otra persona, o de saber lo que piensa o pretende, no es más que el primer paso, porque lo cierto es que no basta para garantizar una intención. La aptitud se basa en la conciencia social que facilita interacciones sencillas y eficaces:
Sincronía: relacionarse a un nivel no verbal
Presentación de uno mismo: saber presentarnos a los demás
Influencia: dar forma adecuada a las interacciones sociales
Interés por los demás: interesarse por las necesidades de los demás y actuar en consecuencia.
En el mundo laboral, por ejemplo, la preocupación que nos lleva a asumir la responsabilidad de lo que tenemos que hacer genera buenos ciudadanos de la organización. Las personas que se interesan en los demás son las más dispuestas a tomarse el tiempo y hacer los esfuerzos necesarios para echarles una mano. De este modo, no sólo se ocupan de realizar su trabajo, sino que entienden la necesidad de cooperar con los demás a fin de conseguir los objetivos grupales.
¿Eres el líder de tu grupo de amigos, y en el trabajo? Son muchos los líderes de organizaciones que, si bien tienen objetivos humanitarios, fracasan torpemente porque carecen de las habilidades básicas y poseen una inteligencia social poco desarrollada.
El interés por los demás refleja la capacidad de compasión que posee una determinada persona. Por ello, en esto suelen fracasar las personas manipuladoras que se muestran muy duchas en otras habilidades de la inteligencia social. La deficiencia en esta dimensión es la que más claramente nos permite identificar a las personas antisociales que se despreocupan por los sentimientos., las necesidades y el sufrimiento de los demás.. y, en consecuencia, no hacen nada tampoco porque la sociedad les ayude.
Según manifestaba David Goleman, cualquier enfoque de la inteligencia social que aspire a ser completo debería incluir estos ingredientes básicos para las relaciones sociales. En su ausencia, el concepto de inteligencia social acaba convirtiendo una idea fría y seca que, reconoce la importancia del intelecto calculador, pero ignora las virtudes del corazón. La generosidad nos hace mejores personas y alarga nuestra vida ya lo expliqué en mi post: Los beneficios de ser generosos.
Así Lawrence Kohlberg señaló que el intento de eliminar los valores humanos del ámbito de la inteligencia social acabó empobreciendo el concepto. Aislada y anónimamente considerada, la inteligencia social involucionó hasta convertirse en un enfoque exclusivo de la influencia y el control. Así hoy más que nunca, necesitamos estar muy atentos a fin de no seguir difundiendo una actitud impersonal.
Hay que mojarse, equivocarse pero sin dejarse pisar por otros. Tu opinión vale, y tienes que saberla transmitir a la otra persona, desde un punto de vista no egoísta y en consonancia con el carácter de la otra persona. Di las cosas claras pero con tacto. Añade tu valor a la sociedad, solo así el mundo sabrá cómo recompensártelo con un montón de buenos amigos! ¿Estás preparado para empezar?
Libros recomendados:
INTELIGENCIA SOCIAL, de David Goleman, Editorial Kairós.
FACILITANDO EL CAMBIO EMOCIONAL, Grenberg, Leslie S, Editorial Paidós.
SI NO LO CREO, NO LO VEO, Guix Garcia, Xavier, Editorial Granica.
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