La finalidad de cada uno de nosotros es encontrar nuestra propia Felicidad. Felicidad que compartes con tus familiares, amigos, compañeros de trabajo, con tu pareja… y que para cada cual es diferente.
Depende de nuestros sueños, de las metas que pretendamos conseguir y, en definitiva, depende de lo conformistas o inconformistas que seamos en relación a todo lo que nos rodea y que nos pueden hacer más felices día a día.
Si tienes la sensación de que algo no va bien en tu vida, de que no se han cumplido los sueños que tenías de pequeño o te das cuenta de que te imaginabas la vida de otra manera y quieres que tu rutina cambie… ¡da el paso!
Los cambios significan salir de tu zona de confort pero pueden resultar más fáciles de lo que a veces imaginas. Conseguir tu propósito puede ser más gratificante de lo que jamás hubieras soñado, el positivismo y las creencias expansivas son el motor, la fe y confianza en uno mismo son la gasolina para ese bonito viaje que es la Felicidad donde todo se puede lograr…
Está claro que hay días mejores y peores, que muchas veces lo que nos surge es abandonar, dejar todo y no luchar por ello… pero no conseguiríamos nuestra meta final y se convertiría en una frustración constante en nuestra vida. Cada vez que somos capaces de dar un salto cuántico en nuestro existir, algo dentro de nosotros cambia para siempre.
Nuestro cerebro es plástico y tenemos el poder y la elección de modelarlo y convertirlo en la mejor versión de nosotros mismos.
No hay que tener miedo a perder…el que no arriesga no gana, fallar es síntoma éxito, de estar más cerca de la meta. Muchas veces nos cuesta dar el primera paso a lo que luego se convertirá en una vida mejor, por miedo a lo que piensen los demás, por miedo a malgastar nuestra vida o por miedo a confundirnos en nuestro camino para conseguir la felicidad deseada.
¡Sé feliz y sal al encuentro de tus sueños!, compartiéndolos con la gente a la que quieres y a la que estás seguro que no vas a defraudar pase lo que pase en tu búsqueda del camino oportuno para alcanzar tus objetivos y la felicidad máxima. ¡Lo importante es no rendirse jamás!
Un texto inspirado por este precioso poema de R. Ripani que os recomiendo que leáis. ¡Espero que os guste tanto como a mí!
Y así, después de esperar tanto, un día como cualquier otro, decidí triunfar; decidí no esperar a las oportunidades, sino yo mismo buscarlas; decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución; decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis; decidí ver cada noche como un misterio a resolver; decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas está la única y mejor forma de superarnos; aquel día dejé de temer a perder. Y costaba romper la costumbre, pero se pudo. Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui; me dejó de importar quién ganara o perdiera: ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento: el amor es una filosofía de vida. Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente; aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas… Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad; desde aquel día ya no duermo para descansar: ahora simplemente duermo para soñar.
R. Ripani