Ser ama de casa podría ser considerado como un trabajo cualquiera por el gasto energético y de tiempo que hay que realizar. ¿La diferencia? No está remunerado económicamente. En algunas ocasiones, éste produce tal saturación que puede llegar a afectar a la salud, sobre todo en lo que se refiere a problemas articulares, fatiga, cansancio y cefaleas por el estrés.
Para evitar estas situaciones al ser ama de casa conviene estructurar un plan en el que ayuden todos los miembros de la familia. Aquí te dejo algunos consejos sobre cómo hacerlo:
1.- Implícalos a todos. Cuéntales cómo te encuentras y explícales que sola no puedes con todo. Son tu familia y quieren verte bien así que no dudarán en ayudarte.
2.- Haz un reparto de tareas. Cada semana cuelga en la nevera un ‘planning’ con lo que tiene que realizar cada uno. Vete variándolo para que no les resulte pesado. Si tienes niños pequeños en casa, no los dejes fuera, ponles tareas que puedan realizar, así se acostumbrarán desde pequeños.
3.- No quieras hacer tú las cosas que son responsabilidad de los demás. Relájate y preocúpate de las tareas que tienes asignadas, los demás conseguirán apañarse. Aunque al principio no cocinen o planchen tan bien como lo hacías tú, acabarán aprendiendo.
4.- Haz cosas fuera de la rutina. Sal a pasear, apúntate a cursos, en definitiva, ¡sal de casa!
Con estos sencillos consejos conseguirás más unidad en la familia y tú te encontrarás más saludable y desestresada.