Cuando piensas en la felicidad, especialmente cuando te preguntas si eres feliz, resulta un error evidente pensar que todos podemos ser felices de la misma manera o con las mismas condiciones, pero es muy probable que no te hubieses planteado que tu percepción de felicidad ¡está determinada por el diccionario que utilizas! Y puede que, incluso, este influenciada hasta por la constitución del país donde vives.
Es tanto así que muchas investigaciones se realizaron suponiendo que, la felicidad podía evaluarse de manera similar en todas las culturas. Sin embargo, Shigehiro Oishi y Elizabeth Gilbert, profesores de la Universidad de Virginia, encontraron que existen diferencias entre las definiciones de felicidad en los diccionarios según el país, y que está varía entre diferentes ediciones del mismo diccionario incluso, por lo tanto, es posible que el secreto de tu felicidad dependa del diccionario que utilices y del idioma que hables.
Los investigadores encontraron en los diccionarios de 30 países estudiados en el 2016, que en 24 de ellos la definición de felicidad incluía la visión antigua de los griegos, relacionada con buena suerte y fortuna, entre los que destacan son: Japón, Noruega, China, Corea del Sur, Estonia, Alemania, Francia, Portugal e Israel.
En contraste, con las definiciones encontradas en España, Estados Unidos, Argentina, Ecuador, India y Kenia, donde las definiciones del diccionario no incluían la suerte y la fortuna.
Esto no siempre fue así. En la versión anterior del diccionario RAE (22º edición), la definición de felicidad decía:
Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
Satisfacción, gusto, contento.
Suerte feliz.
En la actualidad la RAE ha enmendado esta definición en la versión vigente (23º edición) que dice:
Estado de grata satisfacción espiritual y física.
Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz.
Ausencia de inconvenientes o tropiezos. Se ha producido, por lo tanto, una migración del concepto de felicidad puramente material, basada en la posesión de un bien, a un concepto mixto, formado por una satisfacción espiritual y física.
Curiosamente, la definición de felicidad a finales del siglo XIX incluía buena suerte y fortuna en los Estados Unidos, pero alrededor de 1920 el concepto tradicional de felicidad cambió hacia una experiencia placentera y de gozo, influenciada por la idea de la búsqueda (que entendemos como ilusoria), pero introducida por la declaración en su constitución política.
Estos hallazgos, a un lado y otro del atlántico, muestran que los conceptos de felicidad pueden cambiar con el tiempo, y ¡también con la política!
Todo esto tiene un gran impacto en las personas, representadas por sus culturas y sus lenguas, como se puede comprobar de la siguiente manera:
Cuando a los occidentales se les pregunta por la felicidad, la mayoría piensan en logros personales y experiencias placenteras.
En contraste, ante la misma pregunta, os japoneses mencionan espontáneamente la naturaleza transitoria de la felicidad (no dura mucho) y su interrupción por la envidia de los demás.
En contraparte en los países no occidentales de influencia musulmana, les preocupa que la felicidad tenga consecuencias negativas, temen que la felicidad deba pagarse con dolor.
Teniendo en cuenta lo dicho, la próxima vez que pienses en tu felicidad, asegúrate de tener clara cuál es la definición que estas empleando, de esta manera podrás comprenderte mejor a ti mismo.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.