Aunque la ley de la impermanencia puede desvincularse totalmente de la religión y abordarla de manera independiente, proviene de las enseñanzas budistas. La iluminación del Buda en este caso consistió en descubrir que la comprensión profunda de la vida ordinaria transforma la perspectiva de las cosas y como consecuencia, la manera de vivir.
Aunque no siempre lo tengamos presente, sabemos que todo en la vida cambia de manera incesante, que nada permanece. Sabemos que todos nacemos, crecemos, envejecemos y morimos. Sabemos que nuestro entorno varía de manera imparable: la observación de la naturaleza nos muestra cómo la vida está sujeta al constante cambio. Sin embargo, tratamos con frecuencia de huir de esta realidad aferrándonos a las cosas, y este apego nos produce miedo, sentimiento de pérdida, frustración y finalmente, dolor.
¿Por qué no empezar a aceptar de una manera positiva la impermanencia?
Ser plenamente conscientes de que nuestro interior está cargado de sentimientos, pensamientos y sensaciones cambiantes, y que nuestro cuerpo no cesa de cambiar también, nos hará comprender la necesidad de practicar la aceptación.También es fundamental centrarse en el aspecto positivo de esta realidad, y es que gracias a que nada permanece, podemos estar seguros de que, cuando estamos sufriendo mucho por algo que ha ocurrido, el transcurso del tiempo nos irá curando.
La vida nos coloca a veces ante situaciones muy difíciles de afrontar. El sufrimiento que provocan las pérdidas de personas a las que amamos, una inesperada enfermedad o los problemas graves económicos, es inevitable. Es natural y saludable experimentar también las emociones negativas. Saber afrontarlas en serenidad es un arte que permite que las energías fluyan en nuestro interior hasta que sencillamente, desaparecen.
En estas ocasiones en las que los problemas nos abruman o estamos sintiendo dolor emocional, tener muy presente que todo cambia, nos sirve de apoyo para continuar hacia delante con entereza. Ahora bien, cuando tenemos, en un momento de la vida, todo aquello que deseábamos, como una buena familia, un trabajo que nos gusta y salud; puede apoderarse de nosotros el terror a que algo malo ocurra. No queremos que desaparezca lo que hemos logrado y que tanta alegría nos da. Es lógico. Pero tomar una actitud sabia pasa por aceptar que nada es eterno y que, sentir miedo por pensamientos sobre el futuro, solo nos estropeará el momento presente, ese al que tanto deseamos aferrarnos.
Por lo tanto, abrazar una visión de aceptación del cambio nos hará mucho más libres, puesto que la impermanencia es sencillamente inevitable. Podemos encontrar la belleza en el hecho de que nada dura para siempre, y aprender que precisamente por ese motivo las cosas buenas tienen aún más valor, porque no son eternas.
Algunas claves que pueden ayudarte
¿Conoces el mindfulness? Es una filosofía de vida de origen budista que parte de la práctica de la meditación para ayudar a las personas a alcanzar un mayor bienestar interior. Nos regala herramientas útiles para actuar de una manera más serena y sabia ante lo que acontece.
La aceptación no es siempre fácil, especialmente cuando se trata de cuestiones que nos asustan. Por este motivo, requiere la ayuda de prácticas específicas, como la meditación, para poder asumir en calma todo aquello de lo que estábamos huyendo, quizá sin ser conscientes de que lo hacíamos.
Conocer y practicar mindfulness en nuestra vida cotidiana nos proporciona un enfoque más positivo, tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor, como de lo que sucede en nuestro propio interior. De este modo, una de las claves más importantes a tener en cuenta es la de quitarse apegos. Los seres humanos tendemos a aferrarnos a las cosas cuando las cosas siempre cambian y el apego solamente nos traerá dolor.
Dentro de los beneficios de la meditación se encuentra el aumento de la autoestima: alcanzar un alto grado de autoaceptación que nos aleje de las críticas hacia nosotros mismos y nos acerque al deseo de cuidarnos y vivir en armonía. Además, tan solo diez minutos al día de meditación son suficientes para obtener buenos resultados.
– ¿A qué tenemos miedo? Identificar lo que nos asusta nos ayudará a resolver nuestros conflictos internos. Cuando la realidad no se corresponde con lo que es posible conseguir, entramos en un círculo de insatisfacción del que es necesario salir.
Reconocer que hay muchas cosas que no podemos controlar es imprescindible para adaptarnos a las condiciones y a las circunstancias de nuestro entorno. A partir de ahí, veremos con mayor claridad cuáles son las cosas que sí tenemos a nuestro alcance y cuáles son las armas de las que disponemos para alcanzar lo que deseamos, siempre teniendo en cuenta que lo único que puede acompañarnos durante toda nuestra vida, es justamente la actitud favorable hacia el cambio.
Recuerda…
Las cosas pueden cambiar a peor, sí, pero jamás olvides que también podrán volver a cambiar de manera positiva. Tener presente siempre esto, nos ayudará a practicar el desapego, a superar los malos momentos con más fuerza y en definitiva, a tener una mayor paz interior y a ser más felices.
Ofrecer resistencia ante el cambio no nos proporciona nada más que frustración y dolor, mientras que practicar el desapego, la aceptación y la meditación nos libera, abriéndonos suavemente los ojos ante la realidad del mundo en el que vivimos, con una mirada serena y en paz.
Poner fin a los miedos es posible y, si queremos partir de la aceptación de la realidad para utilizar nuestros recursos internos con sabiduría, estaremos escogiendo el camino de la felicidad. Y en esto te puede ayudar el método Crear Salud, que se convertirá en tu mejor compañero para llevar la atención plena y la meditación a tu día a día. Además, en este método también fomentamos y aconsejamos sobre una correcta nutrición y una vida más activa.
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