El pasado 10 de octubre se celebró el Día Mundial de la Salud Mental. Un 13% de los españoles sufre depresión, esquizofrenia, epilepsia o trastorno bipolar, pero sólo uno de cada tres responde correctamente al tratamiento. El término Salud Mental engloba un conjunto de trastornos que tienen, entre sus principales problemas, la dificultad para diseñar un tratamiento adecuado que ayude al paciente a mejorar su calidad de vida.
Aunque la respuesta a un medicamento puede estar influenciada por el entorno (dieta y estado general de salud del paciente), los genes son un factor clave. De hecho, se estima que la respuesta a los medicamentos puede estar condicionada hasta en un 85% por factores genéticos.
Según el Dr. José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), "uno de los principales problemas que nos encontramos en la Psiquiatría es que la tolerancia a los tratamientos es baja. Los enfermos mentales, por su propia idiosincrasia y por su propia enfermedad, no toleran bien la medicación".
El 25% de los enfermos con esquizofrenia, el 30% de los epilépticos y el 10% de los pacientes con depresión tienen problemas con la medicación. Además, todos los fármacos tienen efectos secundarios, lo que provoca un alto índice de abandono del tratamiento y retrasa la recuperación y la reinserción social y laboral del paciente.
La utilización de la farmacogenética para la prescripción de medicación permite aumentar la eficacia de los tratamientos, disminuir los efectos secundarios para el paciente, aumentar su calidad de vida y reducir el coste para el sistema sanitario. Esta técnica, mediante un análisis de saliva, permite seleccionar al médico el tratamiento más adecuado, ajustando la dosis necesaria.