Hace unos días leí acerca de un estudio realizado sobre el Paracetamol, uno de los analgésicos más comunes, que indicaba un efecto secundario totalmente inesperado, ¡afectaba a la empatía y compasión de la persona que lo consumía!
El problema es que como han demostrado ahora los científicos, no se puede anestesiar el propio dolor sin anestesiar también el tesoro más preciado de la humanidad, lo que nos ha permitido salir adelante: la compasión.
En nuestra sociedad occidental el dolor, el malestar físico, son algo a combatir, y no hablo de grandes dolores, un simple dolor de cabeza debido a la tensión o cansancio, o el malestar de un simple resfriado, son rápidamente motivo de echar mano de alguna pastilla. O los famosos Dalsy y Apiretal para los niños que algunos padres incluso lo dan “por si acaso”.
El Paracetamol o el Ibuprofeno son dos de los analgésicos más utilizados que se pueden conseguir sin receta médica, se suelen considerar seguros dentro de un margen, pero su uso puede llevar a su abuso con graves consecuencias.
El artículo que comentaba al principio es el siguiente, “Paracetamol: los científicos descubren un sorprendente efecto adverso”, que indica que,
Un estudio de Oxford publicado en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience muestra que el paracetamol, fármaco que se toma contra el dolor, reduce drásticamente nuestra capacidad de comprender y compartir el dolor de los demás.
Parece que cuando sufrimos dolor físico se activan unos circuitos nerviosos que son en gran parte los mismos que se activan cuando vemos sufrir a alguien, así que si se bloquean los circuitos para no sentir nuestro propio dolor también se bloquearán los que nos hagan empatizar con el dolor ajeno.
En España, el paracetamol es el segundo medicamento más consumido, detrás del “omeprazol, otro fármaco que se considera inofensivo y que en realidad es muy dañino para la salud.
Al año en España se consumen 32 millones de envases con receta, más los que se obtienen sin receta. Y en Estados Unidos, una de cada cuatro personas toma paracetamol cada semana.
Hay bastante literatura sobre los efectos secundarios de estos medicamentos, no sólo para la persona misma, sino para el feto si lo toma una embarazada. Siempre se habla del uso adecuado de los medicamentos, pero las variables humanas son tantas que imposible indicar lo adecuado para cada persona.
En el artículo “Los graves peligros del paracetamol: “Su uso continuado tiene efectos que desconocíamos”, indica que,
Según un estudio realizado con más de 600.000 pacientes, el medicamento más consumido del mundo (considerado el analgésico más seguro) podría tener peligrosos efectos si se toma a diario
El estudio realizado por Philip Conaghan, profesor del Leeds Institute of Rheumatic and Musculoskeletal Medicine, publicado en 2015 en la revista Annals of the Rheumatic Diseases, indicaba que:
los pacientes que toman el analgésico de forma rutinaria tienen un 63% más posibilidades de morir de forma inesperada, un 68% más posibilidades de padecer un infarto o un ictus y hasta un 50% más posibilidades de tener una úlcera o sangrado estomacal.
El problema es que hay mucha gente que carece de sentido común o, más bien, de la información necesaria y toma analgésicos como si fueran caramelos. En 2012, Desiree Philips, una joven británica de 20 años, falleció debido a una sobredosis de paracetamol. Se había sometido a una operación menor para eliminar varios bultos benignos en el pecho y, tras ésta los médicos le recetaron antibióticos y le invitaron a usar paracetamol sin receta médica.
El artículo “¿Qué partes del cuerpo pueden ser severamente dañados por el abuso de analgésicos?” señala las siguientes:
Los pulmones
El sistema gastrointestinal
El hígado
Los músculos
Los riñones
El artículo “¿Qué… Qué? ¿Podría el Ibuprofeno Dejarlo Sordo?”, indica entre los efectos no deseados, uno inesperado:
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos vendidos sin receta están vinculados a los ataques cardíacos, derrames cerebrales, abortos espontáneos, trastornos gastrointestinales y, ahora a la pérdida auditiva.
Pues habrá que estar atento a que el remedio no sea peor que la enfermedad.