Tenemos que ser realistas, las parejas sin discusiones no existen. Discusiones en la pareja sí que existen, todas las parejas sin excepción, pasan discusiones, peleas, conflictos y enfrentamientos de vez en cuando, pero esto es lo más normal del mundo, es el resultado de tener una vida junta.
Este tipo de discusiones en la pareja, no pone en peligro su relación, siempre y cuando se enfrenten de una manera inteligente, con cariño y respeto, sin querer sacar las cosas de quicio y sin querer llevar la razón a toda costa.
Las personas inteligentes saben, que para que todo vaya bien es necesario escuchar las dos partes, y ponerse en el lugar del otro, dialogar sin atacar.
Hablar las cosas en el momento en que suceden, es mejor que callar, pues así se evitan las actitudes negativas, que pueden acabar en amenazas, recriminaciones, culpas… Y sobre todo herir al otro.
Cuando el problema causante de la pelea ha sido solucionado, es necesario establecer algunas reglas para cuando vuelva a presentarse algún problema.
Es necesario solucionar los problemas entre ellos, sin que nadie más tome parte, pues se podrían generar resentimientos de terceras personas que a la larga volverían a sacar el problema y siempre estaría estancando sin llegar a solucionarse.
Estas parejas saben que es necesario escuchar las ideas de las dos partes, dialogan sin atacar al otro y aprenden de los errores para mantener vivo el amor que les nutre de felicidad. Éstas son las parejas que cuando llegan a la vejez son miradas con envidia y admiración por el amor que se tienen el uno al otro y la fortaleza de su relación.
Existen parejas que suelen pelear y estar enfadadas durante mucho tiempo, incluso guardar rencor durante años. Esta actitud hace que la pareja pierda la confianza el uno en el otro, la relación se enfríe y poco a poco dejan de ser una pareja, para convertirse en dos personas que viven bajo el mismo techo, sin pasión, sin respeto y lo que es peor sin ilusión conjunta.
Hay que encontrar la habilidad de solucionar los problemas cuidando el uno del otro y por consiguiente cuidando la relación de pareja. Esforzarse por afrontar los problemas entre ambas partes con respeto mutuo, educación, y hablar, hablar, y hablar, sin echarse nada en cara o querer llevar la razón sí o sí.
Cuando existe amor, pasión, respeto y admiración, etas discusiones pueden hace que la pareja se conozca mejor, se acerquen más, fortalezcan su relación y su estabilidad.
La clave es saber manejar el problema y decidir la forma de solucionarlo, incluso antes de que se presente.
La pareja perfecta no existe, pero si existen las parejas que saben solucionar sus problemas con inteligencia, amor y respeto.
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Un saludo
Mari Carmen.
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