Los motivos por los que las parejas pelean
Las peleas en la pareja aparecen pasada la etapa de enamoramiento y, dependiendo de la intensidad de la relación (si viven juntos desde el inicio, si residen en otras ciudades,…), esto tiene lugar entre los 7 meses y los 2 años de los comienzos. Es el denominado paso del sistema familiar ideal al sistema familiar real. Según los expertos psicólogos en atención familiar y relaciones de pareja, las discusiones al principio de la relación son sanas desde la perspectiva de ajuste de la pareja.
Al principio todo es maravilloso en la relación de pareja y la otra persona no tiene defectos o, más bien, ambas partes obvian muchos defectos que puede que realmente no les satisfagan tanto como creían. La etapa de reajuste es necesaria e implica discutir ya que se tienen que aceptar los defectos ajenos y los propios, hacer concesiones y, por supuesto, mantener la identidad propia e individual con respecto al otro.
El gran inconveniente se produce cuando esta etapa nunca culmina, sino que se extiende a lo largo del tiempo. Los motivos habituales por los que una pareja discute son:
Inseguridad propia.
Familias de origen.
Falta de comunicación al inicio de la relación.
Idealización excesiva.
Ausencia de metas y proyectos en común.
Comodidad y desinterés por parte de uno de los miembros.
La relación de pareja se forja durante los primeros años y se mantiene a partir de ahí (se cuida constantemente y se innova). Es un proyecto importante que, junto con los proyectos personales de cada individuo, conllevan un estado de satisfacción. ¿El problema? Cuando los miembros no se han comunicado acerca de sus necesidades es probable que surjan innumerables discusiones.
¿Son más duraderas las parejas que discuten?
Según un estudio llevado a cabo por Gottman Institude en 2015 se determinó que que las parejas que discuten tienen una relación más sana y fuerte. Eso sí, por supuesto depende de como se discuta. Una discusión en la que uno o ambos miembros se faltan al respeto, solo buscan dominar o llevar la razón, gritan y desprestigian a la persona y tratan de mantener su posición, aún a riesgo de acabar con la relación, no es un buen ejemplo de lo que concluyó este estudio.
Las discusiones de pareja sanas deben incluir estos factores: que la voluntad de ambos sea llegar a un acuerdo que beneficie a ambos y que en todo momento se hable en base a un argumento con respecto al tema.
Hay un error muy común en las peleas de pareja y es justamente que son peleas. Los miembros no buscan llegar a un acuerdo, ni entender al otro sino que solo quieren tener la razón. Obviamente, si es así es imposible ponerse de acuerdo y se tiende a incluir otras quejas que nada tienen que ver con el motivo principal en la discusión.
Para discutir bien, la discusión debe ser:
En un tono de voz asertivo.
Buscando la concordancia sin dejar a un lado las necesidades propias.
Teniendo muy clara la materia de discusión y no perdiendo el punto a discutir.
Recordando a cada momento que estás frente a una persona a la que quieres.
Sin juzgar al otro en conjunto sino solo la materia que se discute.
Discutiendo en unas condiciones adecuadas (no discutir cuando los nervios estén a flor de piel, estéis cansados, no hayáis comido, etc). Esperad a estar los dos tranquilos y con perspectiva.
Por último, te interesará saber que según como discute una pareja se puede saber mucho acerca de la salud de una relación. John Gottman, profesor de la Universidad de Washington estableció en los años 80 un “laboratorio del amor” en la universidad con un 95% de fiabilidad en lo que durará una relación según como discutía la muestra.
Defensiva: No hay diferencia entre sexos.
Crítica: Es la más empleada por las mujeres en esta muestra de 3000 parejas.
Obstruccionista: Es las más empleada por los hombres.
Despectiva: Esta última es la que conlleva un mayor riesgo para la relación. Es empleada por ambos sexos de la misma manera.
Lo cierto es que estos patrones van cambiando debido a que este estudio tiene más de cuarenta años de antigüedad. Lo que sí que es cierto es que las discusiones de pareja sin respeto nunca terminan bien. Puedes discutir, claro que sí, pero respetando al otro.
Autora: Alex Bayorti (colaboradora de nuestro Blog)