Escudarse en la bondad para justificar el daño es una tendencia natural en los seres humanos porque buscamos librarnos de nuestra incompetencia como personas honestas, generosas y valientes, cuando lo que de verdad nos dibuja es el egoísmo, la pasividad y la cobardía.
Ésta es una frase nacida para tal fin.
Si algo sabemos hacer bien las personas es sacudirnos la propia responsabilidad bajo múltiples excusas, de las cuales en mi opinión, la más deleznable y mezquina es la que se pronuncia bajo las palabras esto me pasa por bueno, en lugar de esto me pasa por cobarde.
Son cosas distintas que se parecen poco.
Si observamos con detenimiento a personas que se parapetan bajo esta mentira, veremos el enorme beneficio que les reporta. Esconderse bajo una etiqueta amable, les permite acomodarse bajo la protección de otro, que asuma la acción que éstos esquivan. Y también los errores, claro, porque ¿el que nada hizo de nada es responsable, verdad?
Pensemos.
No hacer nada por miedo o cobardía, ¿te exime de responsabilidad?
Existen parejas en los que uno de ellos es el pobre, de tan bueno, tonto, que aguanta humillaciones, ataques impertinentes o maltrato en cualquiera de sus variantes, y es curioso como suele gozar de la compasión de los otros. Sentirse el bueno de esa ecuación debe compensar el continuo atentado contra la propia dignidad. O no...No lo sé. Lo que sí sé es que de ningún modo esa actitud pasiva y permisiva es algo que tenga que ver ni remotamente con La Bondad. El desprecio por uno mismo no es bondad, la cobardía no es bondad, la pasividad no es bondad.
En mi opinión, esta actitud se regodea en la autocompasión complaciente. La tiranía del débil se oculta tras la falsa fragilidad...¿o falsa bondad?
Evitar vivir la vida sin atreverse no es honrado ni benévolo, sino todo lo contrario.
Es que por no hacer daño se calla...de tan bueno, tonto...pobre
Entonces, ¿Es la Asertividad una actitud insolente, propia de mala gente?
Seamos buenos y valientes, no tontos y cobardes...