Tal y como nos cuentan desde Pan Cada Día, la harina integral, como consecuencia de su proceso de elaboración, tiene mayor nivel nutricional frente a la harina convencional. Así, la harina integral posee el doble de fibra.
Una ingesta correcta de fibra se ha relacionado con la prevención de algunas enfermedades comunes como, por ejemplo, la diabetes tipo 2, la obesidad, el cáncer de colon y las enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, la fibra es un gran aliado frente al estreñimiento, tanto en su prevención como trantamiento, y, por si fuera poco, ayuda a mantener unos niveles adecuados de colesterol en sangre, ya que reduce la absorción de lípidos, aumenta la excreción de ácidos biliares e inhibe la síntesis endógena del colesterol.
Pero además, este tipo de harina presenta una cantidad superior de vitaminas y minerales frente a la harina blanca, destacando su aporte en diversas vitaminas del complejo B, vitamina E, así como en hierro, zinc y magnesio.
Por otro lado, contiene igualmente una mayor cantidad de ácidos grasos esenciales y también cantidades superiores de fitoquímicos. Estas sustancias, no nutrientes, reducen el riesgo de sufrir diversas enfermedades crónicas, debido principalmente a su alta actividad antioxidante.
¿Lo sabías? Actualmente, la recomendación con respecto al consumo de cereales por parte de nutricionistas y dietistas es ingerir un mínimo de seis raciones diarias. Actualmetente, la mayoría de las guías alimentarias aconsejan que la mitad de dichas raciones se consuman en forma de cereales integrales. ¿Te animas a probarlos?
Imágenes (por orden de aparición): mumumio/Flickr y mumumio/Flickr