El ajo es una planta de la familia de las cebollas, que es muy apreciado por sus propiedades culinarias y sus efectos saludables.
Este alimento es muy beneficioso para nuestra salud; ya que, es conocido por su acción fluidificante de la sangre, debido a que se encuentra compuesto por un nucleósido, llamado: adenosina, que tiene un efecto anticoagulante de la sangre.
La acción antiinflamatoria del ajo, nos proporciona un gran beneficio, tanto en inflamaciones agudas como en las asociadas a patologías crónicas.
Algunas personas, tienen la costumbre de ingerir ajo en ayunas, esta acción contribuye a reducir los niveles de azúcar en sangre. Por lo que, si sufres de diabetes tipo II, te aconsejamos que poco a poco, vayas incorporando esta acción en tu día a día.
Es un remedio natural efectivo para evitar infecciones por hongos y levaduras; así como, virus y bacterias, ya que refuerza nuestro sistema inmunológico.
Tiene efecto diurético, ya que previene la retención de líquidos.
Es un buen remedio natural, para las afectaciones respiratorias, como: asma o bronquitis.
Otro de sus grandes beneficios para la salud, es su capacidad de reducir o aliviar el dolor.
Además, previene y mejora las hemorroides, venas varicosas y varices.
Mejora los niveles de colesterol, por lo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas. Disminuye el colesterol total y LDL; de manera que, para aquellas personas que tienen colesterol alto, es muy recomendable que añadan este alimento a su dieta diaria.
Contiene:
Manganeso
Vitamina B6
Vitamina C
Selenio
Fibra
Calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro y vitamina B1.
El ajo contiene antioxidantes que pueden ayudar a prevenir el Alzheimer y la demencia.
La oxidación causada por los radicales libres, es el factor que contribuye al proceso de envejecimiento precoz de nuestras células. No obstante, el ajo contiene antioxidantes que mantienen los mecanismos de protección del cuerpo, contra la oxidación provocada por estos radicales libres.
Además, en numerosos estudios, se ha demostrado que al consumir ajo, se aumentan los enzimas antioxidantes del ser humano, además de reducir el estrés oxidativo en las personas con hipertensión.
En el mercado, encontraréis suplementos de ajo, que son muy beneficiosos para reducir la presión sanguínea en personas con hipertensión.
Reduce las grasas de la sangre, para evitar problemas cardíacos.
Fluidifica la sangre, para evitar embolias; además, mejora las funciones inmunológicas para luchar contra las infecciones y el cáncer.
Regula la presión sanguínea y los niveles de azúcar en sangre.
No obstante, las dosis de los suplementos deben ser bastante elevadas para obtener los efectos deseados.
Comer ajo, puede ayudar a desintoxicar nuestro cuerpo de metales pesados.
Además, también ayuda a minimizar la pérdida ósea, al aumentar el estrógeno en las mujeres.
Además, podemos usarlo en gran cantidad de platos sabrosos, en especial: sopas, salsas y, además, también puede añadir gusto a comidas sosas.
No obstante, debes tener en cuenta que el ajo, también tiene algunos inconvenientes, como: el mal aliento y también, hay personas que son alérgicas a este alimento; además está aconsejado que no se deben comer más de dos dientes de ajos al día.
No hay que abusar de ningún alimento, por muchas propiedades que nos aporte o muchos beneficios que tengan. Cualquier alimento debe consumirse a su justa medida; así obtendremos todos los beneficios que nos aporta la naturaleza.
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Fuente: este post proviene de La maleta de Maggie, donde puedes consultar el contenido original.
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