El amor se compone de tres ingredientes: la pasión, el compromiso y la intimidad.
En la amistad, uno de los ingredientes más significativos es esa intimidad que también reside en el amor. Así que no es de extrañar que una gran historia de amor se inicie a raíz de una bonita amistad.
La intimidad implica complicidad, pasarlo bien con la otra persona, tener intereses comunes, sentirla cerca y deseo de pasar tiempo junto a esa persona.
Pero hace falta más que eso para saber si tus sentimientos van más allá. Echa un vistazo al listado para salir de dudas:
1. A pesar de que hables de tu pasado sentimental, no hablas de personas que te rondan en la actualidad.
Si la relación fuera totalmente abierta, no habría problema en hacerlo. Es más, los vaivenes amorosos son uno de los grandes titulares en las charlas entre amigos.
2. No te sientes a gusto flirteando con otra persona delante suyo.
Nuestro sistema emocional es mucho más ágil que nuestra mente, así que si sientes ese freno es porque existen motivos para que así sea. Vuestro compromiso tácito ya se ha sellado sin apenas darte cuenta, ¡al menos por tu parte!
3. No habláis de vuestra relación.
A pesar de que sientas que algo está floreciendo, no consientes destaparlo. Cuando algo es frágil y no se toca, es porque temes romperlo. ¿Qué ocurriría si le dijeras Tengo dudas sobre mis sentimientos hacia ti, me pregunto si te ocurre lo mismo?.
4. Te remueve saber que está iniciando una relación íntima con otra persona.
Cuando alguien te interesa y no existe un compromiso explícito como en las relaciones de amor, los celos y el miedo a perder al otro se disparan. Aunque tus sentimientos empiecen a murmurar, tu boca sigue cerrada. Una situación de lo más peligrosa.
5. En situaciones sociales, siempre acabáis sentándoos juntos o algo apartados del grupo.
Evidentemente que es debido a vuestra conexión, pero el deseo de pasar tiempo a solas es un importante indicador tanto de pasión como de compromiso.
6. Te incomoda cuando la gente pregunta o bromea respecto vuestra relación
Si no escondieras nada, no temerías ser descubierto.
7. Sientes que esta relación de amistad te frena a la hora de conocer a gente del sexo opuesto.
Puede que por despecho o para protegerte, decidas conocer a la desesperada a otras personas. Pero inevitablemente, cuando sientes algo especial por alguien, tu foco de atención se dirigirá hacia esa persona, limitando al máximo tu área de interés.
8. Te repites que esa persona te gustaría si fuera más…, tuviera…, no fuera….
Sabes que hay algo que te atrae, pero intentas buscar motivos racionales que te convenzan de que no es para ti. Si has pronunciado estas frases es porque te has planteado dar un paso más y que, a pesar de que determinados aspectos no te gusten, existen otros que sí te suscitan un interés especial.
9. Necesitas tener la exclusiva
Quieres sentir que te dedica un trato especial en esa velada y saber que eres con quién comparte una relación más íntima y estrecha. Lo mismo que se le ofrece a una pareja respecto al resto de amigos.
10. Te pones tenso cuando se da contacto físico entre ambos.
Plantéate si esta sensación te ocurre con otros amigos y recuerda que tu cuerpo, además de no engañarte, es mucho más veloz que tu mente racional.
11. Si tienes dudas, no hay duda.
Si te sientes reconocido en las anteriores situaciones, por pequeño que sea, algo hay. Pero… ¿es algo pasajero?, ¿necesitas simplemente alimentar tu ego con ese reconocimiento?, ¿sientes la necesidad de vincularte a alguien más que a él o a ella?, o ¿realmente reconoces indicios de amor?
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