Según la Real Academia Española, esta es la definición de lealtad:
Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien, legalidad, verdad, realidad.
Pero a pesar de que está muy bien explicado, y la mayoría de nosotr@s sabemos en qué consiste la lealtad ¿La practicamos? O ¿la dejamos de lado cuando nuestros intereses y nuestro ego así nos lo dicta?
Debemos ser leales a muchas cosas: a nuestra patria, a las instituciones etc., Pero donde realmente se ve la lealtad es en la amistad y en el amor.
La lealtad es el cumplimiento de aquello que exigen las leyes de la fidelidad y el honor, es una virtud que se desarrolla en la conciencia de cada un@, y que implica cumplir con un compromiso (Quizás) no escrito, cuando las circunstancias nos son adversas.
Lo contrario de la lealtad es la traición, supone la violación de un compromiso expreso o tácito. En el ámbito donde se da más la traición es en las relaciones humanas, tanto de amistad, como de compromiso entre dos personas.
Quien mejor entiende la lealtad es aquella persona que en algún momento ha sido traicionada.
Todas las personas esperamos lealtad de los demás, y no nos gusta que nos traicionen pero?
¿Estamos dispuest@s a dar lo que pedimos?
En estos tiempos que cuenta mas lo que somos, que quienes somos, la lealtad creo que se está perdiendo un poco.
La lealtad debe de salir de nuestro propio yo, sin que nadie nos la pida, debería de ser algo innato en las personas, pues cuando alguien nos hace bien, no solo le debemos lealtad, sino que también le debemos agradecimiento.
Debemos de empezar siendo leales con nosotros mismos, debemos defender nuestras lealtades sean estas las que sean, y solo cuando nos convenzamos que estamos equivocados rectificar.
Dejar una amistad por razones injustificadas y de poca importancia como el modo de hablar, vestir o relacionarse en público.
Si nos fijamos la lealtad está unida con otros valores como la amistad, el respeto, la responsabilidad y la honestidad entre otras. En toda relación adquirimos un deber con respecto a otras personas.
Pero es que además no basta con que conozcamos los valores, tenemos la obligación de darlos a conocer a otras personas con palabras y con nuestro ejemplo.
De todas formas hay un punto en la vida, en que nos damos cuenta; quién nos importa, quién nunca nos importo, quién no importara más y quién siempre importara. De modo que no debemos preocuparnos por la lealtad de la gente de nuestro pasado, siempre habrá una razón por la que no estarán en nuestro futuro.
Tener presente siempre que:
Tus palabras dicen lo que pretendes ser. Tus acciones dicen lo que realmente eres.
Colaborar comentando.
Un saludo
Mari Carmen.
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