La pareja perfecta no existe. Ese es un punto tan obvio como que el agua moja, pero al que me demoré años llegando. Las idealizaciones de personas que alguna vez conociste, tampoco son verdad. Piensa que tanto tú como esa persona han evolucionado y cambiado un montón desde que se vieron por última vez. Solo por si te ibas a quedar patinando en ese punto. Sé que yo lo hice. Pero entonces, ¿cómo terminan las personas encontrando a esa persona? ¿Cómo encontré yo a Fer? Porque Fer me parece alguien bastante perfecto en este momento (dentro de lo imperfecto que es el mundo), y acabo de decir que eso no es posible…
Creo que es una mezcla de varios elementos, algunos de los cuales no puedes controlar… lo que es frustrante, triste y una potencial causa de ansiedad, que es lo que menos queremos ahora. Sin embargo, que haya algunas cosas incontrolables quiere decir qué hay otras que sí se pueden manejar, al menos hasta cierto punto. ¡Yey! Siempre hay que verle el lado bonito a las cosas, ¿no?
Entonces: cómo reconocer tu pareja perfecta
Que no es la de nadie más, en caso de que lo dudaras. Vamos por partes:
Todas las personas son perfectas
Todas las personas ya son perfectas, con todas las cosas buenas y feas que tienen. Siempre puedes ver más allá y puro al fondo, va a haber un ser tan valioso como cualquier otro. Solo se trata de ajustar un poco el lente, mirar con el corazón. Y esto aplica para todo el mundo. Simplemente, es cuestión de que hay personas con las que puedes hacer clic más fácil. Entonces no te vayas por ahí pensando que solo una o dos personas son las que sí son.
Mente abierta
Hay que tener la mente abierta, porque no quieres dejar pasar las oportunidades. La vida no es una película y es poco probable que encuentres a un extraño misterioso como en la última comedia romántica. Solo ve por la vida con tus cosas, pero con los ojos abiertos. Si algo te da buena espina o una buena sensación, no lo dejes pasar.
Borra tu checklist mental
Una persona no es un check-list andante. ¿Dónde estaría la emoción? No trates de buscar a alguien que cumpla todas las casillas de tu persona imaginada perfecta. No existe. O de pronto nació en Nepal y es poco probable que la encuentres… Entonces anda, sal de la mentalidad de “pero es que solo saldría con él si midiera más de tanto y tuviera las cejas así y el pelo asá y hubiera estudiado esto, nunca saldría con nadie más”. En serio. Déjala ir.
¿Qué buscas?
De lo anterior, piensa en qué es lo básico que buscas. ¿Alguien sabio? ¿Alguien que simplemente sea buena persona? Como en todo en la vida, define tus prioridades pero ten la mente abierta. En un punto, simplemente decidí que quería estar con alguien que fuera buena persona. No el más lleno de títulos, no el modelo, simplemente alguien que fuera bueno con los otros, con los niños y los meseros y los perros y todo el mundo. Y me centré en eso.
Sé feliz
Busca alguien con quien crecer, no a quien cargarle el peso de hacerte feliz. Solo tú puedes lograr eso y es injusto esperar conocer a una persona que te haga feliz. Esfuérzate por ser feliz por ti mismo, conócete y aprende qué es lo que te ayuda, lo que te tranquiliza, lo que te desestabiliza y lo que te gusta hacer para cuidarte y para seguir evolucionando y siendo mejor persona. La otra persona es tu compañera de camino, no la encargada de labrártelo.
¿No sabes por dónde empezar? Revisa este artículo, que tiene un PDF gratuito descargable para que te hagas un mapa de tu felicidad. Era para año nuevo, pero bien lo podrías empezar el 1° de mayo. O de agosto.
Define para ti qué no es negociable
Nunca te quedes en lo superficial. ¿Y qué si él juega fútbol y tú ni entiendes qué es una falta? Sé que no lo hago, jiji. Ve a lo importante: ¿en qué cree esta persona? ¿Qué le parece importante? ¿Qué cosas son irreconciliables para ti? De pronto para ti la religión es algo importante. O que sea vegano. O algo así. De pronto simplemente son detalles en los que, mientras cada uno respete las creencias del otro, no son tan importantes. Pero eso lo defines tú al conocerte a ti y a tus límites.
Ten claro qué quieres en la vida
¿Cuáles son tus planes y tú visión de la vida? ¿Los suyos? ¿Son parecidos, conciliables, irreconciliables? Un ejemplo: alguien que conozco tiene como meta en la vida “ser millonario”. Cómo o a qué costo, no sabría decirlo (o no quiero pensarlo, más bien). Pero solo con eso y su actitud, estoy segura de que no lograríamos nada. Otras personas pueden tener claro que un doctorado es lo que quieren lograr en los próximos seis años y, a menos que quieras estar en una relación a distancia por un buen tiempo, puede que no sea el momento (si quisieran hacerlo, te vendría bien este artículo). Algunos tienen claro que nunca van a tener hijos. Otros quieren cinco.
Calma
Es posible que alguien, al principio, solo te llame la atención un poco. O te de mucha curiosidad. O tengas una corazonada. Pero que haya un montón de cosas que te hagan pensar “esto simplemente no va a funcionar”. Ve con calma. Espera a que se den las cosas. Puede que no funcione, y no pasa nada, pero… ¿y si todo eso que cuestionabas es justo lo que hace que esa persona sea la perfecta para ti, así no lo hubieras pensado en un primer momento?
Compatibilidad contidiana
Ten en cuenta que, sin completar una checklist (como ya lo mencionamos) de todas formas es necesario que haya compatibilidad en los hábitos de limpieza, entre otras cosas. Algo así como en que sean compatibles en su suciedad o limpieza, orden y desorden.
Conócelo y apóyalo
¿Cómo se comporta cuando estás teniendo un día horrible? ¿Qué tal cuando estás de mal genio? ¿O si tienes hambre? ¿O solo quieres llorar? ¿Cuando tienes un problema? ¿Y tú, cómo eres con esa persona?
¿Y cuando está bien, de buen humor? ¿Cuando tiene ideas? Te recomiendo a propósito de esto un artículo sobre un consejo que me dio la persona más inesperada.
Por último…
Ten en cuenta que el cambio es lo único constante. El otro día Fer me mandó un artículo del New York Times sobre el cambio en las relaciones y cómo la que lo escribió sentía que, con los años, era como si hubiera tenido varios esposos diferentes, aunque siguiera casada con la misma persona. Ten presente que el cambio está en las cosas que ves, en las actividades, pero no en la esencia. Y también recuerda que así como tú ves cambiar a tu pareja, ella te ve cambiar a ti. Se trata de aceptación y adaptación.
Al final, tu pareja perfecta será con la que te sientas cómodo para seguir evolucionando, con quien puedas reír, llorar y dejar las medias en el suelo y que no vulnere quien eres sino te haga crecer como persona.
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