Más allá de las consecuencias estéticas, lo que debe activar nuestras alarmas son los daños que pueden generar en la estructura de nuestra vivienda, las pérdidas energéticas que elevan nuestras facturas y bajan la temperatura de nuestro hogar y, por encima de todo, los problemas de salud que pueden provocar en la familia.
Por eso, lo importante es que, ante un primer indicio, busquemos el origen del problema, que puede deberse a una filtración (en la fachada, en el tejado…) o, lo más común, de un problema de condensación, como consecuencia de la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior de la vivienda.
¿Cómo pueden afectar las humedades a nuestra salud?
1. En primer lugar encontramos los problemas respiratorios derivados de la mala calidad del aire, sobre todo en personas afectadas por el asma.2. El exceso de humedad también puede afectar a los huesos y articulaciones, provocando dolores continuos.
3. La humedad y los malos olores también se relacionan con una mayor sensación de cansancio, dolores de cabeza, irritabilidad, ansiedad…
4. La presencia de moho (un indicativo claro de un problema de condensación) y de ácaros (amigos indiscutibles de la humedad) puede ser fatal para el desarrollo de alergias y, como consecuencia, la aparición de dolencias respiratorias, dermatitis, irritación de ojos y garganta, bronquitis, tos seca...
5. Como hemos dicho, las humedades dificultan el tener una temperatura estable en casa, lo que puede provocar enfriamientos, catarros…
3 claves para evitar las humedades por condensación
- Ventilar la casa cada día. Lo recomendado es abrir las ventanas a primera hora de la mañana, durante unos 10-15 minutos, para renovar el aire. Recordemos que los expertos indican que por la noche debemos apagar la calefacción o bajarla a unos 18º, por lo que no nos debe preocupar la pérdida de calor. De hecho, todo lo contrario, la ventilación ayudará a optimizar el uso de la calefacción.
Además, para elevar su efectividad, realizaremos en la medida de lo posible una ventilación cruzada, abriendo ventanas enfrentadas de la casa.
- Contar con ventanas que ofrezcan un buen aislamiento térmico: por ejemplo, los modelos de Kommerling están elaborados con perfiles de PVC (el PVC es un material no conductor, por lo que ofrece un excelente aislamiento), doble acristalamiento y vidrios de gran calidad, cámaras de aire, una buena hermeticidad...
- Emplear deshumificadores en baños y cocinas, pues son las zonas de la casa donde más humedad se acumula. Del mismo modo, después de ducharnos o cocinar, sería recomendable ventilar para eliminar el exceso acumulado.
Y recuerda, en el blog de Vivienda saludable podrás encontrar muchos más consejos para disfrutar de un hogar confortable para toda la familia.