Sabemos que la mejor manera de sentirnos bien y tener una calidad de vida óptima, es adoptando una vida saludable. Oímos hablar tantas veces de "llevar una vida saludable" que, aunque queramos, nos es muy difícil llevarla a cabo. Lo intentamos de todas las formas posibles sin tener resultados duraderos en el tiempo.
Nuestro propósito de hoy, es alcanzarte algunas ideas de cómo comenzar, poco a poco, a adoptar hábitos saludables. Hábitos que, además, podrás incorporar a tu rutina diaria.
El principal problema que enfrentamos a la hora de plantearnos un cambio, es la falta de tiempo. No tenemos tiempo para ir al gimnasio, no tenemos tiempo de preparar comidas súper elaboradas, no tenemos tiempo de comprar alimentos rarísimos (y mágicos)…
Sin embargo, podemos realizar pequeñísimos cambios que, sostenidos en el tiempo, se convierten en hábitos saludables. No te propongas grandes metas a largo plazo. Cada vez que suene el reloj despertador, enfócate en esta frase: "sólo por hoy":
Levántate 10 minutos antes
Cada minuto en la cama, vale oro, es verdad. Pero con sólo despertar 10 minutos antes de lo habitual, garantizas un día lleno de vitalidad. Despierta y utiliza esos minutos para realizar ejercicios de estiramiento. Relaja y luego estira cada parte de tu cuerpo. De esta forma, preparas al organismo para las actividades que enfrentará durante todo el día, combates la somnolencia, recargas energías y levantas un poco las endorfinas. Comienza el día de buen humor y con ganas. Una vez que lo hagas, será suficiente para seguirlo practicando, los cambios en el estado de ánimo, son inmediatos.
Desayuna correctamente
Este es un consejo importantísimo. La rutina, el trabajo, las tareas del hogar o el estudio, nos mantienen tan ocupados que no desayunamos de la manera correcta. Un buen desayuno debe tener una porción de lácteos y dos porciones de hidratos de carbono. Intenta agregar zumos naturales de frutas. Licuados frescos los días de calor o una rica infusión caliente, los días de bajas temperaturas.
El desayuno es la comida más importante del día, no es correcto salteársela. Omitirlo, repercute de manera muy negativa en nuestro cuerpo. El metabolismo que se acostumbra a pasar hambre, se convierte en "ahorrador" por lo que luego es difícil adelgazar. También comenzamos el día con poca energía, nuestro cerebro la necesita para despertarse y rendir en un 100%.
Intenta agregar algunos ejercicios a tu rutina
No es necesario pasar largas horas en el gimnasio. Sólo intenta adaptar tus actividades con un poco de movimiento: ve a realizar tus compras en bicicleta, no uses ascensores sino escaleras, realiza caminatas de 30 minutos aproximadamente, camina algunas cuadras antes de tomar tu autobús. Aunque parezca que no, estas actividades te irán alejando poco a poco del sedentarismo.
Cuida tu salud bucal
Son muchas las personas que consideran una pérdida de tiempo total, las visitas al dentista. Sin embargo, una correcta salud bucal, evita que varios gérmenes y bacterias ingresen a nuestro organismo. Los hábitos saludables, no sólo apuntan a bajar de peso (aunque esta es una creencia muy común). El propósito de tener hábitos saludables es mejorar nuestra calidad de vida considerablemente.
Adapta tus comidas
Si no eres una persona que se lleve bien con las dietas estrictas, igual puedes adaptar todas tus comidas y la elaboración de ellas, a procedimientos saludables.
Evita frituras, puedes cocinar al horno con un poco de aceite vegetal.
Cambia las harinas refinadas por harinas integrales.
Si los edulcorantes artificiales no te agradan, consume menos azúcar poco a poco hasta llegar a las 6 cucharadas diarias recomendadas; o prueba con stevia o miel que son opciones naturales.
Realiza postres con frutas frescas (o que el postre sea tu fruta preferida).
Si no gustas de comer frutas secas, cocina compotas con un poco de miel y quedarán muy sabrosas.
Incluye vegetales y hortalizas.
Consume carnes normalmente pero elige los cortes más magros.
Elabora tus propias comidas: Organiza un día a la semana y realiza comidas variadas. Luego consérvalas en recipientes herméticos en el freezer. De esta forma siempre tendrás comida casera y podrás evitar la comida rápida.
Lleva contigo una botella de agua
Beber agua permite al cuerpo purificarse. Ayuda a la eliminación de toxinas, nos mantiene hidratados y repercute en la piel.
Intenta consumir los dos litros de agua recomendado. Si consideras que es demasiado y no forma parte de tus costumbres, comienza paso a paso. Te recomendamos tener una botella de agua que sea tu parámetro. Elige una botella de 500 ml. (por ejemplo) y cárgala contigo. Cuando la termines vuelve a llenarla. Al final del día, deberás haber rellenado tu botella cuatro veces. Si no lo hiciste, proponte al otro día beber un poco más. Si cargas tu botella contigo, cada vez que la veas recordarás beber algunos sorbos. De esta forma, el cuerpo se acostumbrará a beber agua.
También puedes agregar unas gotitas de limón al agua o rallar un poco de jengibre para darle sabor.
Reduce el estrés
Mantener los nervios y el estrés controlados, nos garantiza una vida saludable. El estrés es uno de los principales desencadenantes de múltiples enfermedades.
Realiza actividades que te den gusto y satisfacción. Da un paseo, tómate vacaciones cuando te correspondan, retoma tu vida social, visita familiares, juega con tus niños. Procura hacer todo aquellos que te produzca alegría. Nada más saludable que un cóctel de sonrisas y risas.
Descansa correctamente
Trata de formar una rutina de sueño. Antes de ir a la cama, realiza una actividad que te relaje: lee un libro, tómate un baño, unos minutos de meditación. Evita estar con el móvil o mirando televisión, ya que producen ciertos estímulos innecesarios a nuestro cerebro. Respeta un horario y duerme de 6 a 8 horas continuas.
¡Esperamos puedas adoptar algunos hábitos a tu vida y disfrutar de un cuerpo con salud!