Esta planta se viene utilizando desde la antigüedad y actualmente es de las más utilizadas en homeopatía por sus beneficios para tratar dolores musculares, golpes, moratones, heridas, rozaduras… así como el dolor producido por los mismos pero va más allá, ya que también es capaz de prevenir infecciones. Posee principios activos, sobretodo un alto contenido en ácido gálico que le aporta propiedades antiinflamatorias, analgésicas y rubefacientes, lo que quiere decir que, al aplicarlo sobre la piel aumenta la acumulación de la sangre produciendo calor evitando que salgan los moratones o haciendo que desaparezcan.
¿En que nos puede ayudar este ungüento de árnica?
Golpes y contusiones: disminuye el dolor y previene la aparición de moratones o hace que desaparezcan gracias a su capacidad de favorecer la circulación sanguínea.
Desgarros musculares, esguinces, agujetas y luxaciones: ayuda a recuperar los músculos afectados.
Artritis reumatoide y afecciones de las articulaciones: es muy efectiva para calmar los dolores articulares y típicos de la artritis.
Piel dañada: la árnica, por otra parte, suaviza, hidrata y reconforta la piel dañada.
Con todo esto empezamos con la receta, que por cierto, se convertirá en un indispensable si practicáis deporte habitualmente o para tratar los golpes habituales de los más peques.
Ingredientes (para unos 100ml):
5 gr de cera de abejas
30gr de aceite de árnica
16 gr de aceite de almendras dulces
40gr de Manteca de Karité
8 gotas de aceite esencial de Gaultheria (un excelente relajante muscular, mejora la circulación y beneficioso para la artritis)
5 gotas de aceite esencial de Alcanfor (evita tensiones musculares y es relajante)
1.2 gr de Vitamina E (como conservante)
Elaboración:
Empezamos desinfectando con alcohol todos los utensilios y envases que vamos a utilizar.
Seguidamente ponemos en un recipiente el aceite de almendras con la cera de abejas y los fundimos al baño maría.
Una vez se ha fundido, retiramos del fuego y añadimos la manteca de karité.
Removemos hasta que la manteca se haya derretido completamente.
Acto seguido, incorporamos el aceite de árnica y removemos de nuevo.
Por último, agregamos los aceites esenciales y la vitamina E.
Mezclamos bien para que se integren todos los ingredientes y envasamos.
Dejamos reposar durante una hora en el firgorífico para que se solidifique y listo.
Contraindicaciones:
La árnica es tóxica por lo que no se recomienda su uso por vía oral.
No utilizar en caso de embarazo ni en periodo de lactancia debido a su toxicidad.
Puede provocar enrojecimiento, irritaciones, dermatitis y ampollas en pieles sensibles.
No utilizar en heridas abiertas, ni sobre pieles con eczemas o psoriasis.
Y para finalizar, deciros que este ungüento se viene conmigo al gym todos los días, a la montaña y no falta en casa. Espero que lo probéis y os guste y os sea beneficioso. ¡Ya me contaréis!
Archivado en: Belleza, Circulación Sanguínea, Cosmética Natural, Muscular, Remedios Naturales, Salud, Tratamientos Corporales Tagged: agujetas, alcanfor, arnica, circulacion, esguinces, gaultheria, golpes, moratones, muscular, pomada arnica, tendinitis, ungüento