Hay infinidades de recetas y fórmulas compartidas en la web acerca de cómo comenzar de manera más productiva cada día. Nosotros más que una descripción ordenada de pasos a seguir, hablaremos un poco sobre ciertas actitudes y comportamientos que adoptar y otros dejar de lado, de manera tal de hacer de cada mañana un momento especial, vigoroso, útil y con valor agregado.
En principio, olvida el adverbio de tiempo después todo lo que se pospone se olvida, se acumula, se enfría, desmotiva, se marcha se deja de hacer. En cambio ahora es un adverbio más dinámico, actual, activo y lo más importante habla del tiempo presente. Si eres mamá, sabes la energía tan poderosa que tiene ahora y si además, eres una mami latina tus órdenes y asignaciones jamás olvidan añadirle esta partícula. Por eso ahora es muy productivo, es ya.
No hay mañana productiva, si no hubo ayer organizado. La base de la productividad es la organización, pues cuando lo haces, generas con tiempo todos los recursos necesarios para las asignaciones del día siguiente. Cuando te preparas con antelación consideras todos los detalles y atacas con mejores herramientas los imprevistos.
Deja de lado y olvídate de la improvisación, una vida improvisada es igual a estar sin rumbo y por lo general consume mucho tiempo, energía, genera mal humor y los que es peor, atrae muy malas compañías. Los improvisados odian el éxito de los organizados y muchas veces anda de la mano con el corrupto, el vividor y el mediocre.
Plantéate para el día siguiente metas cortas y realizables para que no pierdas recursos, tiempo y motivación. A veces es mejor hacer todos los día un poco, pero continuamente, que distanciar los niveles de productividad en lapsos muy amplios que a la final ocasionan mucho cansancio, a consecuencia del corre -corre de última hora.
Ten disciplina con lo propuesto, debido a que, de nada sirve invertir tiempo en organizarte previamente y al siguiente día saltarte las tareas. Las personas disciplinadas se convierten a mediano plazo en constantes y perseverantes; tener estas cualidades es muy atractivo y entusiasta.
Despídete de los extremos, esto quiere decir que debes tener disciplina y organización, pero también flexibilidad porque recuerda que hay circunstancias que no puedes controlar, por eso habrá momentos en los que toca replantearse. Ten siempre a la mano un plan b.
Aumenta un poco cada día tus retos o desafíos, es decir, organiza el día previo con la inclusión de un mayor número de tareas, esto te dará entrenamiento para enfrentar momentos y escenarios más complejos, te dará confianza y brindará cada cierto tiempo, ratos para la recreación.
Aplaude tus logros por muy pequeños que estos sean. Mantente siempre con motivación. Inicia el día siguiente con el mismo entusiasmo, verás, como a la larga haces de esta dinámica, un hábito y un estilo de vida.
¡No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Hoy es una gran oportunidad! Mañana otra, todo depende de ti.