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Cómo el uso excesivo del móvil, modifica la estructura cerebral
Efectos del exceso de estímulos en el cerebro
¿Se pueden revertir estos cambios?
Cómo evitar el uso excesivo de dispositivos móviles
Experiencia personal
Cómo el uso excesivo del móvil, modifica la estructura cerebral
La cadena alemana Deutsche Welle (DW) alerta sobre los efectos nocivos del constante bombardeo de noticias, mensajes y notificaciones, señalando que puede llevar a una disminución en regiones cerebrales completas.
El teléfono se ha convertido en una adicción para muchas personas, con consecuencias directas en su bienestar físico y mental.
El informe destaca que los celulares constantemente capturan nuestra atención, colocando nuestro cerebro en un estado de alerta perpetuo.
Este exceso de estímulos genera estrés, liberando hormonas como el cortisol, que no solo afectan nuestro rendimiento inmediato sino que, a largo plazo, pueden comprometer seriamente nuestra salud.
Efectos del exceso de estímulos en el cerebro
A día de hoy, los teléfonos son prácticamente una extensión del humano. Hay personas que despiertan y lo primero que hacen es consultar mensajes, redes, etc.
El exceso de estímulos y el constante estado de alerta pueden tener diversas consecuencias en el cerebro, entre las que se destacan:
Estrés crónico: La constante alerta puede llevar a un aumento en los niveles de estrés crónico, afectando negativamente al hipocampo, una región vital para la memoria y la gestión del estrés.
Fatiga mental: La sobreexposición a estímulos puede provocar fatiga mental, dificultando la concentración y la toma de decisiones, afectando así la productividad y la calidad de vida.
Cambios en la estructura cerebral: Estudios sugieren que la exposición crónica a estímulos digitales puede conducir a cambios en la estructura cerebral, incluida la reducción del volumen de regiones relacionadas con la atención y la memoria.
Disminución de la atención: El constante bombardeo de notificaciones puede reducir la capacidad de mantener la atención en una tarea específica, asociándose con una disminución de la productividad y un aumento de errores.
Dependencia digital: El uso excesivo de dispositivos electrónicos puede generar síntomas de adicción comportamental, como la compulsión por revisar constantemente los dispositivos y la ansiedad cuando no se puede hacer.
Problemas de sueño: La exposición a la luz azul de las pantallas antes de dormir puede interferir con la calidad del sueño, llevando a problemas de insomnio y afectando la capacidad de recuperación del cerebro durante el descanso.
Ansiedad y depresión: El estado constante de alerta y la dependencia digital pueden contribuir al desarrollo de trastornos de ansiedad y depresión en algunas personas.
¿Se pueden revertir estos cambios?
La reversibilidad de los cambios causados por el exceso de estímulos y el estado de alerta constante puede variar según factores como la gravedad de los cambios y la capacidad de adaptación del cerebro.
Muchos de estos cambios son teóricamente reversibles o mejorables con la adopción de hábitos y estrategias adecuadas.
Entre los cambios potencialmente reversibles se encuentran aquellos en la estructura cerebral.
Estrategias como el manejo del estrés, el ejercicio regular y el descanso adecuado pueden contribuir a restaurar el tamaño y la función de estas regiones.
La adicción a dispositivos tecnológicos, como el celular, puede tratarse y revertirse con el apoyo adecuado. La terapia cognitivo-conductual y la terapia de modificación de comportamiento han demostrado ser eficaces.
Con el tiempo, las personas pueden aprender a controlar su uso de dispositivos y reducir la necesidad compulsiva de estar constantemente en línea.
Cómo evitar el uso excesivo de dispositivos móviles
Para contrarrestar los efectos negativos del uso excesivo se recomienda:
Establecer límites de tiempo: Definir horarios fijos para usar el teléfono y las redes sociales, evitando revisarlo constantemente.
Desactivar notificaciones innecesarias: Habilitar solo las notificaciones de aplicaciones y contactos esenciales.
Desconectarse digitalmente: Dar al cerebro tiempo sin pantallas, especialmente antes de dormir.
Limitar el uso de redes sociales: Reducir o eliminar la presencia en plataformas que no suman a la vida.
Cultivar vínculos reales: Priorizar relaciones cara a cara en lugar de interacciones en línea.
Mantenerse activo: El ejercicio físico es clave para el cerebro.
Alimentarse bien: Una dieta equilibrada contribuye a la salud cerebral.
Aprender cosas nuevas: Mantener la mente activa aprendiendo nuevos idiomas, instrumentos o técnicas de relajación.
Hacer una pausa digital: Desconectarse completamente de la tecnología durante períodos, permitiendo evaluar la dependencia al teléfono.
Explorar el mundo real: Leer, hacer ejercicio, pasar tiempo al aire libre y disfrutar de actividades sociales fuera del entorno digital.
Experiencia personal
Como persona que trabaja en el ámbito digital, paso muchas horas frente a ordenador y teléfono. Y es algo que no puedo evitar (a no ser que cambie de oficio jajaja, y no es algo factible).
Las redes sociales, forman parte de mi día a día, pero hay una delgada línea que separa el trabajo con el uso personal del mismo.
Me refiero a la tentación de ya que estoy, voy a ver qué hay.
Lo que crees que te va a llevar 10 minutos se convierte en dos horas haciendo scroll.
Eso me afectó de una manera muy nociva y a muchos niveles.
Perdía tiempo, mucho tiempo. Por no hablar de los malos ratos que yo misma me hacía pasar cuando veía cosas que me indignaban. Sobre todo, abusaba de Tik Tok o Instagram por las noches. Eso me supuso insomnio. Cambió por completo mi ciclo circadiano y mi productividad durante el día era demencial. Apenas subsistía gracias a la cafeína.
Tiempo que podía emplear haciendo cualquier otra cosa más inteligente y productivo como cantar, ir al gimnasio, tocar el piano, leer libros, tomarme un café mientras veo pasar las nubes…se convertía en tiempo muerto.
Comprendo que para algunas personas, es un entretenimiento, pero de lo que no se dan cuenta es del problema de adicción que se están generando sobre todo aquellas personas que usan el teléfono antes de ir a dormir.
Hablamos de un problema MUY GRAVE y poca gente se está dando cuenta de ello. De hecho, lo veo en mis hijas, y aunque a la pequeña (16 años) trato de imponer unos horarios, a veces se escapa de mis manos.
Desde hace un año, personalmente tomé la decisión de que el teléfono es solo para llamadas, mensajes importantes y una hora como entretenimiento. Los fines de semana, duerme en la mesilla hasta que la batería fallece (a no ser que precise tenerlo encendido por si espero una llamada concreta).
No sabéis lo feliz que soy desde que esa droga tecnológica, no es una extensión de mi.
Obviamente, mucha gente no comprende que tarde días en responder mensajes de Whatssap. No me llamas, no es urgente, puede esperar.
Obviamente, los que tienen el problema son ellos.
Es cuestión de salud mental.
¿Y tú cómo andas de esta nueva adicción? ¡Te leo!
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