¿Cómo conformar un equipo de trabajo más productivo?
Es común frecuentar espacios de trabajo donde la premisa hacer más en el menor tiempo posible esta a la orden del día, con el aditivo de dejar el peso de todas las asignaciones sobre los hombros de pocos empleados, ¿resultados de esta perspectiva laboral? Muy malos, un equipo esclavizado por horas extras y agotado.
¿Eres gerente y quieres aumentar la productividad en tu empresa?
Lee estos breves consejos:
Ser más productivo no significa trabajar más, hacer más, comer mal, dormir poco, llegar antes de la hora, irse de último la eficiencia tiene que ver con el aprovechamiento de los recursos y la buena administración del tiempo en actividades estrictamente necesarias. Si tu personal sale después de sonar la campana, quiere decir que estuvieron durante su jornada perdiendo el tiempo. Es un regla simple lo que no hace caminado en el mayor número de horas posibles no se logra corriendo al final.
Entonces el que mucho abarca, poco aprieta. Identifica y céntrate en las prioridades, para esto es necesario tener muy claro la naturaleza de la organización y los propósitos que la hacen crecer. ¡Enfócate en eso!
Plantéate dos metas por semana y distribuye las tareas en la oficina que permitirán alcanzarlas. Esta acción resulta muy motivadora para el personal porque al culminar el tiempo establecido y ver los resultados, querrán ir por más la semana próxima. Recuerda que estas metas no deben estar distanciadas de tus prioridades. Entrena a tu personal para que por sí mismos puedan identificarlas y trabajar en equipo acordes con estas.
Subcontrata para aquellas actividades que no estén muy claras o especificadas, lo que te permitirá ganar más tiempo al hacer rendir a tu personal en lo que realmente interesa, mientras otros externamente se encargan de esa pequeñeces que a veces cumplen un papel distractor y no permiten que tus empleados exploten sus competencias.
Mantén una comunicación efectiva con tu personal, esto es importante porque no te imaginas el tiempo que se pierde cuando ellos intentan descifrar o adivinar tus solicitudes. Aprende a bajar instrucciones claras, esto debe incluir los detalles de los requerimientos, el modo o procedimiento y los plazos de entrega. Si es posible ofréceles ejemplos. ¡Retroalimenta! Comprueba que tus explicaciones se comprendan.
Supervisa, sin arrogancia o presión, las tareas asignadas. Hazte sentir y demuestra que lo pedido es necesario. Muchos trabajadores se desmotivan al saber que el esfuerzo invertido, no valió la pena.
Reconoce cuando una buena labor es realizada, hazlo público, da el mérito. Si hay fallas, corrige en privado, verifica si la falta cometida no ocurrió por una instrucción mal direccionada.
Asigna tareas acorde al cargo. Evita que la secretaria de repente haga el café, el mensajero se encargue de tus diligencias personales, la recepcionista organice el amigo secreto, la señora de la limpieza atienda el teléfono y el vigilante brinde la información de interés.
Te preguntarás:
¿Cómo invierto bien el tiempo con esto?
Es muy simple, tu equipo esta a gusto con su trabajo, en consecuencia será más productivo.