Mientras que las cifras de presión arterial sistólica y diastólica naturalmente oscilan entre los 130/80 mmHg, la hipertensión se traduce a la elevación de dichas presiones arteriales entre 145 y 90 mmHg. De acuerdo a ciertas investigaciones clínicas, se concluye que cuanto más alta es la presión arterial, mayores son las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas; mientras que mantener los valores adecuados, ayuda a reducir significativamente el riesgo de complicaciones.
En la actualidad, se determina que ésta es una de las perturbaciones más frecuentes en de países, siendo las enfermedades cardiovasculares aquellas que encabezan la lista de enfermedades que más muerte ocasionan en los países occidentales; siendo considera una de las mayores enfermedades del 2015 a nivel mundial, asesinando cerca de 10.7 millones de personas.
Entre el amplio catálogo de patologías, se puede encontrar los siguientes: Cardiopatía isquémica. Complicaciones cerebrovasculares. Enfermedades de insuficiencia renal. Patología de las arterias de la retina. Enfermedades de las arterias periféricas.
¿Cómo bajar la tensión?
Puesto que estas perturbaciones afectan a las personas entre 30 a 50 años de edad, se determina que es más común en aquellos individuos de edad avanzada. Reducir la hipertensión consta de diversos cambios, entre los cuales se hallan los siguientes:Pérdida de peso: La obesidad está altamente relacionada con la hipertensión, mortalidad y diversas enfermedades cardiovasculares. El índice de masa corporal adecuado, oscila entre los 22 kg/m2 en los individuos menores de 50 años; por otro lado, se debe destacar que ciertos estudios han calculado que, por la reducción de cada 5kg, la presión arterial sistólica disminuye 4 mmHg.
Evitar el hábito de fumar: Una de las principales influencias del desarrollo del cáncer y las perturbaciones cardiovasculares es el tabaco; por tanto, disminuir el consumo o eliminarlo completamente es vital para la salud del individuo.
Reducción significativa de sal: Es crucial no excederse más de 5g de sodio al día, de lo contrario aumentar las probabilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca.
Disminuir considerablemente el consumo de alcohol: La HTA se ve alterada por el ingerir alcohol exageradamente, por tanto, regular las dosis es sustancial para mantener los niveles de presión arterial estables.
Mantener una rutina de ejercicio: El entrenamiento constante, de acuerdo a los estudios epidemiológicos, es beneficioso para la disminución de la hipertensión; reduciendo los rasgos que potencian las patologías cardiovasculares y mortalidad del individuo. Es aconsejable mantener una rutina de 30 minutos, entre cuatro o cinco días a la semana.
Dieta adecuada: La dieta mediterránea demostró ser una de las mejores en la disminución de enfermedades; comprendiendo a las frutas, cereales, legumbres, lácteos, entre otros.