Con el proceso de madurez, es posible observar con más objetividad los aciertos que los padres tuvieron en su relación sentimental pero también es posible observar errores de los que es bueno aprender. ¿Cómo reforzar este aprendizaje afectivo y sentimental?
Tú puedes vivir tu propia historia
Tus padres son quien te han educado pero eso no significa que tú estés destinado a seguir el modelo de comportamientos que ellos han tenido. Eres una persona libre con capacidad de decisión. En ese caso, agradece a tus padres todo lo que te han enseñado tanto en relación con aquello que te parece importante modelar, y aquello que crees que es mejor evitar.
No te posiciones
No te posiciones a favor de uno o de otro, lo más importante es comprender que en toda relación de pareja cada uno tiene su parte de responsabilidad en cuestión de errores y actitudes fallidas. Intenta observar las situaciones de forma externa, como si se tratara de una pareja a la que no conoces en realidad. No se trata de juzgar a tus padres sino de comprenderles y también, de perdonarles en aquellas actitudes que te hirieron a ti.
Identifica los errores más repetitivos
Uno de los puntos más importantes para reforzar el aprendizaje es identificar qué errores han sido los más frecuentes y habituales, qué puntos fueron foco de fisura constante en la relación. En ese caso, analiza cuáles eran las causas de ese tipo de situaciones y qué ocurría también después de las mismas con el objetivo de poder analizar el proceso temporal de los focos de conflicto.
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