Las chanclas son un calzado muy popular en verano, sobre todo en la playa. Sin embargo, pueden ser problemáticas cuando se utilizan para caminar durante periodos prolongados. Los estudios han descubierto que llevar chanclas puede afectar a la forma de andar y sobrecargar los pies, los tobillos y las piernas. Sigue leyendo para saber cómo las chanclas pueden alterar tu forma de andar y cómo pueden afectar a tu salud.
Las chanclas y tu forma de andar
Cuando caminas con chanclas, es más probable que des pasos más cortos, lo que sobrecarga el tobillo y el talón al golpear el suelo con menos fuerza. Esto se debe a la falta de apoyo que proporciona el calzado. Además, la mayoría de la gente tiende a apretar los dedos de los pies alrededor de la chancla para mantenerla en su sitio, creando más tensión y tensión en el tobillo. Esto puede sobrecargar el arco del pie y aumentar el dolor. Además, las suelas planas de las chanclas hacen que el pie se eleve del suelo más de lo normal. Esto puede provocar un aumento de la tensión en las pantorrillas y los isquiotibiales, causando más tensión en las piernas.Las implicaciones para la salud del uso de chanclas
Cuando se usan chanclas durante largos periodos de tiempo, pueden aumentar el riesgo de desarrollar dolor de pies y piernas. Con el tiempo, el movimiento repetitivo de la marcha al llevar chanclas puede aumentar la tensión en la fascia y los músculos de la pierna, como el tendón de Aquiles, los músculos de la pantorrilla o los isquiotibiales. Las chanclas también pueden contribuir al dolor de arco y a la fascitis plantar, debido a la mayor tensión ejercida sobre el arco del pie.Además, las chanclas pueden aumentar el riesgo de infección, debido a su diseño abierto. Esto expone tus pies a bacterias, hongos y virus que pueden causar irritación y ampollas si no se mantiene una higiene adecuada.
Por último, conducir con chanclas puede ser especialmente peligroso, ya que carecen del agarre y la solidez del calzado normal. Esto puede aumentar el riesgo de accidentes.