La aparición del flujo menstrual por primera vez, marca el desarrollo del sistema reproductivo femenino. Esto se conoce como menarquía y es un marcador biológico primordial del crecimiento y desarrollo. Como promedio en la menarquia se produce alrededor de los trece años, a pesar de que existen amplias variaciones individuales. Se han descrito evidencias de atraso de la menarquia asociada con el entrenamiento deportivo intenso.
El atraso de la menarquía ha ido unido a niveles competitivos más avanzados de niñas corredoras, pero también con un bajo peso corporal y un escaso porcentaje graso. La menarquía se atrasa en forma notable en niñas que comienzan un entrenamiento sistemático a edades tempranas, y cuyos regímenes de entrenamiento tienen un alto gasto energético. Este fenómeno no es único en el mundo del atletismo siendo muy frecuente en gimnastas y bailarinas. Una vez en la adolescencia y en la edad adulta esta situación se puede volver a producir con la desaparición temporal de nuestro período menstrual.
El ciclo menstrual normal tiene una duración promedio de 28 días, pero puede variar entre individuos, y entre ciclos, desde 23 hasta 38 días. Está regulado por un sistema complejo que incorpora al hipotálamo (con los factores de liberación de gonadotrofinas), pituitaria o hipófisis anterior (segrega FSH y LH), ovarios, folículo y cuerpo lúteo (estrógenos y progesterona), regulados por un sistema de retroalimentación negativa («feedback») desde estos últimos hacia la hipófisis y el hipotálamo.
Encontramos evidencia científica de los efectos de las fases del ciclo menstrual y el uso de anticonceptivos orales sobre el rendimiento de las corredoras. El esfuerzo fue tolerado por más tiempo en la fase lútea, en comparación con la fase folicular, en corredoras eumenorreicas (mujeres con menstruación en intensidad, frecuencia y duración normal). Los cambios metabólicos fueron atribuidos a fluctuaciones en las hormonas esteroideas.
Muchos de los cambios fisiológicos durante el curso del ciclo menstrual normal influyen en nuestro rendimiento deportivo. Nuestra temperatura corporal puede llegar a aumentar hasta casi 0.5° C coincidiendo con la ovulación.
El peso aumenta antes de la menstruación debido a la retención de agua y a la alteración en las proporciones sodio-potasio. Sin olvidarnos de los notables dolores abdominales debido al incremento en la producción de prostaglandinas antes de la menstruación.
En las deportistas se nota una incidencia menor, probablemente debido a menores niveles de prostaglandinas. Otras tienen menstruaciones dolorosas, conocidas como dismenorrea. Además, los distintos cambios hormonales durante el ciclo menstrual podrían afectar las respuestas metabólicas al ejercicio y con ello deberíamos de modificar la ingesta para no perjudicar nuestro rendimiento.
Durante nuestra actividad como corredoras la respuesta a un ejercicio submáximo puede estar sujeta a cambios; por ejemplo, se ha reportado un aumento en la ventilación a una intensidad establecida, durante la fase lútea. Esto fue relacionado con el aumento de progesterona notado al mismo tiempo, y fue ligado a una mayor tasa de esfuerzo.
Los efectos más adversos y díficiles de controlar se observaron en los estados de ánimo: durante las fases folicular y ovulatoria se evidenciaron estados de ánimo positivos; antes y durante la menstruación fueron prominentes estados de ánimo negativos (Tabla 1) según se desprende del estudio de O´Reilly y Reilly. Estas variaciones deberían ser reconocidas por los entrenadores/as para estructurar, de acuerdo a ellas, los programas de entrenamiento de sus corredoras. Observamos que hoy en día incluso en corredoras de rendimiento no se le otorga la relevancia que eso tiene. No sólo en el rendimiento si no en la prevención de lesiones ya que durante la fase lútea se incrementa el riesgo de sufrir lesiones sobre todo de tipo muscular.
Como conclusión final podemos decir que lo ideal es ajustar nuestra actividad como corredoras a esas alteraciones que se producen durante el ciclo y saber que nuestro rendimiento puede verse alterado.
Tabla 1.Perfil de los estados de ánimo durante las cuatro fases del ciclo menstrual (media ± DS). Los datos son de OReilly y Reilly (1990)
Por Noemí Martínez - Experta en entrenamiento y readaptación al esfuerzo para EDC.