Somos la generación terapéutica que sondeamos en nuestras vidas presentes y pasadas y procesamos lo que encontramos allí. Es mucho lo que tenemos que asumir, de modo que cuando rastreamos viejas emociones, reacciones y dolores, debemos seleccionar cuidadosamente qué vamos a conservar y qué vamos a descartar.
El citrino mantiene la entrada a la asimilación, abierta y clara, fuerte y selectiva.
Lleva piedras pequeñas cuando viajes o te sientas vulnerable.
Cuando un paciente elige citrino te advierte que puede estar experimentando alguna clase de trauma emocional difícil de digerir o asimilar, y que necesita decidir qué aspectos de la experiencia vale la pena mantener y cuáles debe descartarse por completo. Es valioso conservar las lecciones que se aprenden a partir de un trauma emocional, ¡descartando las partes malas!
Si está también presente la malaquita, entonces esas emociones ya han comenzado a afectar al paciente de una manera física.
El cuarzo rosa indicaría que conviene investigar los problemas de autoestima y autoaceptación, porque están tratando de llamar la atención y necesitan ser explorados.
En una disposición, el citrino se puede colocar en cualquier lugar, pero lo común es ubicarlo en el plexo solar, en el centro de asimilación. Con frecuencia se puede hacer un mandala a partir de puntas de citrino que rodean una piedra pivote como la turmalina negra, la cual neutraliza la negatividad de una excesiva emocionalidad: ira, temor, ect.
Atrae riqueza material y estimula el pragmatismo. Se relaciona con la prosperidad y la generosidad. Inclina hacia el buen humor, alimenta el espíritu y favorece la concentración. En el ambiente difunde energía positiva y purifica. Se recomienda especialmente a personas reticentes a los cambios y a quienes piensan que todo tiempo pasado fue mejor, ya que ayuda a desprenderse de las ataduras del pasado y a disfrutar de los acontecimientos tal y como se presentan. Es un buen amuleto para personas vergonzosas y para las que ven problemas en todas partes.
Abre los chakras de la Base, el Plexo solar y de la Coronilla. Es útil para combatir la acidez y la apendicitis, y ayuda de detener la diarrea.
Se recomienda en pacientes que presentan cuadros de disentería y gastritis. Regenera el sistema hepatobiliar y combate la ictericia. Se recomienda para tratar disfunciones sexuales.
Protege el aparato reproductor, es especial el femenino, de quistes de ovarios. Ataca enfermedades relacionadas con el frío, como artritis, el reuma, contribuye a suavizar la sensación de náuseas y ganas de vomitar, mejora la digestión y ayuda en la limpieza de los órganos y la purificación de la sangre.
Es eficaz en el tratamiento de la gota, protege el organismo en procesos de debilidad derivada de crisis emocionales fortificando el sistema inmunológico, alivia los síntomas de la gastroenteritis, disminuye las secuelas del Parkinson, combate la demencia senil y estimula los procesos cerebrales que mantienen la memoria.
?Promueve la tranquilidad y la estabilidad. Estimula la regeneración de tejidos. Es eficaz en el tratamiento de los trastornos del sistema inmunológico y en los trastornos intestinales.
?Incrementa la actividad del hígado y el sistema muscular.
?Actúa sobre el páncreas.
?Alivia las dificultades respiratorias.
?Estimula la creatividad.
?Indicado en el caso de depresión, complejos, manías y fobias.
En la India se considera una piedra sagrada del tercer chakra o ?centro de la vida?.
Promueve la tranquilidad, la estabilidad y la claridad mental.
Su capacidad para ayudar a liberarse de las preocupaciones inútiles y afrontar con optimismo y decisión nuevas empresas. Desarrolla y potencia todo tipo de actividad creativa, y es considerado el cristal más recomendable para tratar la depresión y otros tipos de desarreglos psicológicos. Armoniza el plexo solar y, colocado bajo la almohada, evita tener pesadillas.
Favorece la eliminación de toxinas y ayuda en los trastornos digestivos.
Refuerza la actividad nerviosa.
Atrae la abundancia, por lo que se la conoce también como la piedra de los comerciantes.
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