Cómo influyen las tareas de la casa en el bienestar
Pero además, las ocupaciones saludables de las tareas de la casa, son totalmente liberadoras en esos momentos de preocupación excesiva en los que nos sentimos desbordados por un asunto que taladra nuestra mente. En este caso, en lugar de estar sentado viendo la televisión, es mejor que pongas música de fondo y comiences a distraer tu atención con actividades mecánicas y rutinarias que aportan una satisfacción inmediata, por ejemplo, poner la colada, planchar las camisas, barrer, poner en orden las prendas del fondo de armario, hacer la cesta de la compra…
Cuando estamos pasando por un mal momento, nuestro nivel de atención en tareas intelectuales es menor. Sin embargo, las tareas de la casa requieren un nivel de atención más superficial y pueden realizarse con la misma eficacia. Esta es una de las razones por las que son tan saludables a modo de terapia.
Las tareas de la casa son un ejemplo de la psicología propia de la gestión del tiempo. Cuando posponemos continuamente una tarea para el futuro, cargamos con un peso que puede hacerse insoportable. Sin embargo, cuando en lugar de aplazar iniciamos una tarea, sentimos que todo fluye mejor. Esto también es visible en el ejemplo de las tareas de la casa. Hacer las tareas de la casa significa cuidar de ti de un modo directo puesto que estás invirtiendo en crear un entorno agradable, limpio y ordenado.
Pero además, dentro del amplio catálogo de tareas de la casa seguro que hay alguna actividad que te gusta más y que incluso, tiene su parte creativa. Por ejemplo, hacer un cambio en la decoración. O también, aprender a cocinar nuevas recetas. Intenta alternar aquellas tareas que te gustan más con aquellas que te gustan menos para crear una compensación en la balanza.
Las tareas de la casa sí pueden ser motivo de conflicto habitual cuando se convierten en foco de discusiones de pareja. O también, cuando al cansancio del trabajo se suma el mantenimiento de una casa grande (no es lo mismo ordenar una casa de varias plantas que un piso pequeño). En ese caso, también es un síntoma de bienestar aprender a delegar contratando servicio doméstico algunas horas semanales para solucionar aquellas tareas que llevan más trabajo, por ejemplo, la plancha. Busca el orden sin ser su exclavo.