La reflexología se utiliza en infinidad de casos y resulta especialmente efectiva aliviando dolores (de espalda, cabeza y dientes), en tratamientos de desórdenes digestivos, estrés y tensión, resfriados y gripes, asma, artritis, entre otras.
Por medio de la reflexología, es posible además, predecir enfermedades potenciales y hasta dar terapia preventiva o sugerir la atención de un especialista.
La acción del masaje de reflexología produce un efecto tranquilizante, que aumenta el flujo sanguíneo y permite obtener un beneficio global para el cuerpo.
Es importante saber que la reflexología no debe ser utilizada en condiciones que requieran cirugía.
La presión que ejerce un dedo sobre un punto determinado (terminación nerviosa) puede crear una sensación en cualquier otra parte del cuerpo, indicando la conexión entre dos puntos.
Esta es la base de la reflexología, en ocasiones puede suceder que el dolor no sea mitigado de inmediato, entonces se debe prolongar el masaje por mas tiempo para poder obtener resultados benéficos.
De más está decir que tanto la edad como las condiciones de la persona tratada, influyen notablemente en la velocidad de curación. En casos de un trastorno ya antiguo, la sustitución de células débiles y enfermas se logrará por medio de un proceso gradual y más lento.
El masaje zonal resulta beneficioso para personas de todas las edades, desde el niño muy pequeño hasta el anciano. Para el caso de los niños será suficiente con un ligero frotamiento de la planta del pie. Los niños de edad más avanzada requieren un masaje más ligero que los adultos.
Reiteramos que existen ciertas condiciones en las que la reflexología resulta inapropiada, por ejemplo en diabetes, algunos padecimientos cardiacos, osteoporosis y padecimientos de la tiroides.
Tampoco es recomendable para mujeres embarazadas o para personas que padecen artritis en los pies.
En resumen, los beneficios de la reflexología son:
Reduce el estrés, produciendo una relajación profunda
Mejora la circulación sanguínea, facilitando el transporte de oxígeno y nutrientes a las células
Ayuda en la limpieza de toxinas e impurezas, contribuyendo a eliminarlas. De esta forma, se evita que pasen a las células
Ayuda al equilibrio de los distintos sistemas del organismo. Todos los elementos de nuestro cuerpo contribuyen de forma sinérgica para su buen funcionamiento
Elimina bloqueos existentes, revitalizando la energía
Estimula el sistema inmunológico, previniendo así la aparición de enfermedades y recaídas
Mejora la calidad de vida en procesos crónicos y terminales
Mejora o reduce el estrés ya sea de índole laboral o causado por problemas personales, modificando el funcionamiento fisiológico del organismo, la actividad neuroendocrina y la inmunologica.
Ayuda a dejar habitos no saludables como el cigarrillo, el alcohol o las drogas
Ayuda en trastornos como bulimia, anorexia, insomnio, etc.
Gran efectividad en niños y lactantes: reduce los gases y los cólicos, induce al sueño y mejora los problemas respiratorios (garganta, nariz y oidos), digestivos (vómitos, diarreas, estreñimiento)
Ayuda en el desarrollo adecuado e integral del niño (físico o emocional)
En hiperactividad de niños (TDAH) provoca relajación profunda, estimula a tomar conciencia y responsabilidad de su propio cuerpo y a la comunicación con el entorno