La eritropoyetina es la hormona principal que regula la eritropoyesis (Richmond 2005). La eritropoyesis es el proceso por el cual se producen los glóbulos rojos encargados, entre otras funciones, del transporte de Oxigeno y de Dióxido de carbono. La eritropoyetina se produce de forma natural en el Hígado. Algunos investigadores descubrieron la forma de aislar la eritropoyetina y suministrarla a personas que tuvieran enfermedades del sistema respiratorio, provocando de esta manera que el aporte de oxigeno que recibieran fuera mayor. He aquí donde surge la trampa, cuando los médicos deportivos y algunos entrenadores deportivos ven en la EPO una forma de mejorar el rendimiento del deportista de forma artificial. Al aportar EPO al deportista, su producción de glóbulos rojos aumenta, aumentando a su vez la captación de oxígeno y mejorando en este caso el rendimiento del deportista. La EPO es una de las sustancias dopantes que fueron más usadas a finales de los años noventa y principios del siglo XXI en deportes como el ciclismo. No podemos olvidar la conocida operación puerto, en donde se destapo la enorme trama entre diversos médicos, entrenadores, patrones de dicho deporte y ciclistas que se servían de esta hormona, entre otras sustancias, para mejorar el rendimiento de los deportistas.
Esta pequeña introducción quiere poner de manifiesto que en muchas ocasiones, los avances científicos en pro de las mejoras de la calidad de vida de personas con afectaciones son el punto de inflexión para que se usen de manera negativa en otras facetas de la vida, como en este caso, el deporte.
En la actualidad, se están llevando a cabo estudios con una sustancia conocida como Miostatina. La miostatina es una proteína que se asocia como un factor de crecimiento. A niveles altos de Miostatina, el crecimiento muscular se ve limitado, siendo a niveles bajos de Miostatina el crecimiento muscular normal.
Mc Pherron et al llevaron a cabo una investigación con ratones en los que 30 ratones fueron tratados con inhibidores de la proteína miostatina y comparados con otros tantos ratones que no fueron expuestos al tratamiento. El resultado fue asombroso, ya que los ratones con la proteína Miostatina inhibida tuvieron un 30% de crecimiento mayor que sus compañeros de investigación. El crecimiento muscular que se produjo se dio en parte a dos procesos, la hipertrofia (aumento del tamaño de las fibras musculares) y la hiperplasia (división de la fibra muscular para proseguir su crecimiento).
Se han llevado a cabo por estos mismo autores varias investigaciones similares con otros animales y se ha descubierto que la inhibición de la proteína miostatina no tiene los mismos resultados en algunos animales como sucede con los ratones.
Estos estudios son muy interesantes debido a que a través de ellos podremos intentar combatir enfermedades como las distrofias musculares, o aquellas personas que se encuentran por diversas enfermedades incapaces de realizar actividad y produciendo una pérdida de masa muscular. Claro está, que desde la visión del deporte, son numerosos los médicos y los entrenadores que ven en estos inhibidores de la proteína un arma para mejorar el rendimiento de sus deportistas.
Aun no se han llevado a cabo estudios con seres humanos, debido a los diferentes resultados que se están obteniendo dependiendo del animal implicado, pero queda de manifiesto que el uso de inhibidores de la miostatina se convertirá en uno de los posibles dopajes del futuro.
Bibliografía
Bernal M, Cruz S. Interacción fisiológica de la hormona eritropoyetina, relacionada con el ejercicio físico en altitud moderada y alta. Revista Investig. Salud Univ. Boyacá. 2014; 1(1): 73 ? 96
Ferragut, C.; Calbet, J.A.L. La miostatina y el crecimiento muscular. Archivos de medicina del deporte. 2003. Volumen 95: 237-42
Richmond T, Chohan M, Barber D. Turning cells red: Signal transduction mediated by erythropoietin. Trends Cell Biol. 2005;15:146-55
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