encontrar el amor después de un matrimonio fallido implica en muchas ocasiones vencer el miedo al fracaso que generalmente queda como consecuencia de esta dolorosa experiencia, e incluso el miedo a que la soledad sea la constante de ese momento en adelante.
El nuevo AMOR llevará su tiempo
Lo cierto es que rehacer la vida después de un divorcio toma tiempo y en cada persona este periodo varía, pero no es tarea imposible.
Es normal que este proceso se viva como un duelo y conlleve a reflexiones personales sobre el amor propio, el respeto, la comunicación y la siguiente relación que quieres construir. Aunque eso que llaman volver al ruedo no tiene que ser inmediato, es cierto que actualmente es mucho más fácil que hace algunos años.
Actualmente conocer gente es más sencillo
Las aplicaciones para conocer gente y concretar citas facilitan el proceso, pues lo vuelven un asunto personal donde controlas tu manera conectar a nivel físico con personas afines a tus intereses, e incluso encontrar amigos para algo más que amistad.
Cuando esto ocurre, es vital que tomes las causas por las cuales tu matrimonio anterior fracasó como una ventaja valioso de cara a la próxima relación que te plantees.
Lo más importante es alejar el pensamiento de que la vida termina con tu matrimonio y trabajar en las heridas que te dejó esta experiencia. Por ejemplo, si tu matrimonio terminó por una infidelidad, hacer las paces con la idea de que esto no fue tu culpa y no tiene que ser un patrón que se repita en tus relaciones futuras.
¿Y mis hijos?
En el caso de que tengas hijos con tu expareja, es vital ponderar la comunicación honesta que mantengas con ellos sobre tu nuevo proceso emocional y el de tu pareja.
No te dejes llevar por los sentimientos negativos que puedas tener hacia él o ella ni se los traslades a ellos, pues finalmente siguen siendo hijos de ambos y así seguirá siendo después de que se formalice la separación.
Esto último es muy común en parejas que han terminado su relación de manera violenta y viven creyendo que todo lo que hace el otro es para fastidiarlos.
Recuerda que tus hijos son esponjas y la relación que tienen ellos con tu expareja es distinta a la que tenías tú con ella.
Enfócate en rehacer tu vida y evita al máximo estar fijando la vista en lo que hace la otra persona. Esta es una buena manera de llevar el proceso con la mayor tranquilidad posible tanto para ti como para tus hijos.
Después de todo ellos son la máxima prioridad, pero no implica que debas sacrificarte a nivel personal para que ellos sean felices. La época de las madres y padres mártires ha pasado y es perfectamente posible rehacer tu vida sin que ninguna de las partes salga perjudicada.