Los abscesos epidurales se dividen en dos tipos: el absceso epidural espinal y el absceso epidural intracraneal. La diferencia es el sitio donde se desarrollan, el factor de riesgo y los síntomas. Los casos de abscesos son más comunes en la columna lumbar y torácica que en la columna cervical.
En el caso de los abscesos epidurales espinales, estos aparecen en las regiones torácicas o lumbares. Muchas veces se origina por una infección subyacente, de tipo remota o contigua. La extensión del absceso da lugar a hallazgos neurológicos extensos y puede necesitar múltiples laminectomías.
La detección temprana de esta enfermedad y una la consulta oportuna con un neurocirujano o especialista en enfermedades infecciosas, optimiza el resultado neurológico.
Causas de los abscesos epidurales
En un tercio de los casos, la causa es idiopática (de origen desconocido). De diez a treinta por ciento de los abscesos epidurales son el resultado de una extensión de alguna infección local, por ejemplo osteomielitis vertebral, absceso del psoas o una infección contigua de partes blandas.Sin embargo, los microorganismos causales más frecuentes son el Staphylococcus aureus y la Escherichia coli. También puede ser atribuido su causa a la enfermedad de Pott (un absceso tuberculoso de la columna torácica). Raras veces es ocasionado por un absceso similar en el espacio subdural.
Los abscesos epidurales también se originan por:
- Procedimientos invasivos: cirugía de columna, catéter de dolor epidural, anestesia epidural, inyecciones de esteroides y analgésicos.
- Endocarditis infecciosa
- Uso de drogas intravenosas
- Dispositivos de acceso vascular
- Infección del tracto urinario
- Infecciones del tracto respiratorio
Síntomas
El absceso epidural espinal puede presentarse a cualquier edad. El absceso epidural intracraneal es más común entre los 20-30 años de vida. La edad promedio de pacientes con absceso epidural espinal está entre los 50-60 años.Síntomas del absceso epidural intracraneal
En este caso se pueden esperar:
- Cefalea
- Rigidez en la nuca
- Somnolencia
- Convulsiones
- Vómitos
- Coágulos de sangre en las arterias carótidas
De no tratarse a tiempo, los síntomas del absceso epidural intracraneal puede evolucionar en días, llegando a desarrollar meningitis o un absceso en el cerebro. Finalmente, el progreso de los síntomas conduce a la muerte.
Síntomas del absceso epidural espinal
En este caso se pueden esperar:
- Dolor dorsal local o radicular que se intensifica al recostarse
- Fiebre intermitente
- Sensibilidad a la percusión
- Compresión medular
Si no se trata con celeridad, ocurre compresión en las raíces espinales lumbares, llegando a déficits neurológicos. En este punto puede aparecer paresia en las piernas, disfunción intestinal y vesical.
Diagnóstico del absceso epidural
Algunos especialistas comienzan con pruebas de laboratorio de rutina. Según estudios, dos tercios de los pacientes con absceso epidural presentan leucocitosis, por lo que se sugiere conteo sanguíneo completo, como evaluación inicial.Se puede establecer un diagnóstico microbiológico. El 60% de los pacientes con absceso epidural muestran hemocultivos positivos.
También se pueden indicar cultivos aeróbicos y anaeróbicos en líquido del absceso. Esta solución es riesgosa, debido a que puede causar un desplazamiento hacia abajo del cerebro y podría traer consecuencias mortales.
La resonancia magnética (RM) es el principal y más importante examen para el diagnóstico tanto en el absceso epidural intracraneal, como en el absceso epidural espinal. Es posible que en la primera resonancia magnética, no se encuentren pruebas suficientes para determinar el absceso, lo que exige una repetición del estudio.
En el proceso se coloca una inyección intravenosa de gadolinio, con el fin de aumentar la visualización de los abscesos y permite diferenciar entre el absceso y las estructuras neurológicas circundantes.
La tomografía computarizada (TC) puede ser una buena alternativa, si la resonancia magnética no se encuentra disponible. Para llevar a cabo una TC exitosa, se coloca un contraste intravenoso (mielografía), para facilitar la visualización de líquido en el espacio epidural.
La TC combinada con mielografía es muy efectiva, pero puede representar un riesgo considerable. Esta puede causar hemorragia, una lesión nerviosa o choque espinal.
Tratamiento
El tratamiento tradicional para el absceso epidural espinal es la descompresión quirúrgica emergente y drenaje de material purulento.Tratamiento con antibióticos
Si el paciente se considera de alto riesgo para una cirugía, se puede recomendar terapia de antibióticos en combinación con aspiración del material líquido.
Los antibióticos se deben administran por vía intravenosa. Es posible incorporar anticonvulsivos y medidas para reducir la presión intracraneal. Es frecuente el uso de diuréticos, para reducir la cantidad de líquido en el cuerpo o aplicar corticoesteroides, que reduce la inflamación.
La aplicación de antibióticos debe ser aplicada con plena consciencia de los riesgos, debido a que puede producirse un deterioro rápido en cualquier momento con un final catastrófico para el paciente. Incluso una cirugía de emergencia en este caso, puede resultar estéril.
Tratamiento quirúrgico
Los abscesos epidurales se deben drenarse quirúrgicamente. Si el origen de la infección se debe a alguna anomalía en los senos paranasales o el oído medio, se corregirá en la misma cirugía.
En caso de presentar absceso epidural intracraneal, el paciente debe ser sometido a una descompresión rápida. Este se considera como emergencia neuroquirúrgica.
Si estamos en presencia de un absceso epidural espinal, se requiere laminectomía descompresiva, como nombrábamos arriba. Se puede intentar un drenaje guiado por TC en casos de absceso epidural espinal posterior, sin embargo no hay mucha información al respecto.
En algunos pacientes la cirugía de llevarse a cabo con cautela, para evitar resultados desastrosos. En otras situaciones se podrán aplicar distintas técnicas quirúrgicas para drenar el pus.
Si el paciente es lactante, se puede usar la técnica de introducir una aguja en el absceso a través de una fontanela, con el fin de liberar el material purulento y reducir la presión.
Recomendaciones
Si presentas síntomas, debes consultar urgente con un neurocirujano para iniciar una descompresión quirúrgica y drenaje lo antes posible. De no ser posible una cirugía inmediata, el especialista debe hacer un seguimiento estricto.Mientras la cirugía no se lleve a cabo y se esté tratando al paciente con antibióticos, se debe realizar una nueva resonancia magnética de seguimiento en el rango de 2-4 semanas, para observar la evolución del absceso.
Durante el periodo de recuperación postquirúrgica se deben realizar exámenes neurológicos con frecuencia. En pacientes con déficit neurológico residual se recomienda fisioterapia.
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