Una gran parte de los alimentos se puede conservar por más tiempo congelándolos.
Esto implica un cambio en su sabor y textura, pero es una gran forma de aprovechar al máximo su vida útil para evitar desecharlos y ahorrar dinero.
1. Uvas
Las uvas son una de las frutas que se dañan con mucha facilidad cuando alcanzan cierto grado de maduración.
Por suerte, estas se pueden mantener en el congelador para disfrutarse en recetas como los jugos, los pasteles y algunos cócteles.
2. Lechuga
Aunque lo más aconsejable es consumir la lechuga fresca para disfrutar todas sus propiedades nutricionales, esta se puede congelar cuando corre el riesgo de descomponerse antes de su consumo.
Para esto se debe preparar un puré con las hojas y un poco de agua, lo cual posteriormente se introduce en una cubitera para hacer hielos.
Los cubos de jugo se pueden incorporar en batidos y sopas para obtener un plus de sabor y nutrientes.
3. Quesos
A pesar de que no está recomendada la congelación de muchos alimentos ricos en grasas, nata y agua, muchos tipos de queso pueden almacenarse por más tiempo con este método.
La cuestión es saber elegirlos, ya que los quesos frescos, la ricotta y el requesón tienden a dañarse tras ser congelados.
En cambio, los quesos curados o maduros soportan los cambios que implica esta temperatura y pueden conservarse así por mucho tiempo.
Lo ideal es congelarlos en bloque para que no presenten tantas alteraciones en su textura y sabor.
4. Aguacates
La mayoría sabe que, una vez partidos, los aguacates tienden a ponerse marrones y de una textura desagradable.
Aunque las partes no utilizadas se pueden emplear en mascarillas y cosméticos naturales, también pueden almacenarse en el refrigerador para su consumo.
Pon los restos de pulpa de aguacate en un recipiente hermético, agrégales un poco de jugo de limón. Aguantarán en el refrigerador hasta una semana.
5. Bananas
Los plátanos demasiado maduros, aquellos que adquieren un color marrón, se pueden congelar sin pelar para utilizarlos en varios tipos de recetas.
Dado que dejarlos a temperatura ambiente acelera su proceso de descomposición, lo mejor es llevarlos a la nevera para que no se echen a perder.
Al momento de necesitarlos se pueden calentar en el microondas y, luego, agregarlos a pasteles, magdalenas o pan de banana.
6. Tomates
En varias oportunidades se ha recomendado no introducir los tomates en el refrigerador para evitar que se pierdan algunas de sus cualidades nutricionales.
Sin embargo, cuando estos están demasiado maduros y parece que se van a descomponer, se pueden conservar en el congelador para recetas como la pasta de tomate y los guisos.
7. Hierbas frescas
Tanto el cilantro como el perejil y otras hierbas frescas adquieren un color oscuro cuando comienzan a descomponerse.
Esta situación es inevitable pero, para no desperdiciarlos, pueden picarse en pequeños trozos para ser congelados.
Vierte las plantas en una cubitera para hielos, cúbrelas con aceite de oliva y déjalos en el congelador por el tiempo que desees.
De este modo podrás usarlos en sopas, guisados y muchas otras recetas que requieren su toque de sabor.
8. Margarina y mantequilla
Tanto la margarina como la mantequilla se pueden congelar, siempre y cuando se cumpla con todas las reglas de manipulación alimentaria.
Es esencial saber que son alimentos susceptibles a ciertos patógenos, por lo que deben mantenerse en recipientes herméticos, separados de otras comidas.