Decirlo resulta simple, difícil es hacerlo, pero existen investigaciones en el campo de la psicología positiva que muestra que prestar atención a formas específicas de pensar y reaccionar puede ayudarte a vibrar alto. A continuación toma nota de las diversas maneras de usar tus pensamientos para reducir el stress y armonizar tu día a día.
Comencemos por prestar atención a su respiración
Antes de comenzar a usar pensamientos positivos, hacerte consciente de tu respiración puede prepararte para el éxito. Cuando practicas la respiración como respuesta al estrés, puedes encontrar un poco más de tiempo para pasar el rato en ese espacio. Observar tu respiración y hacerte presente en el proceso es un método eficaz para que los estresores no tomen el control. Después de tener ese espacio, es hora de averiguar qué hacer para que tu proceso de pensamiento sea más efectivo al lidiar con el estrés y obtener salud y bienestar óptimos.
Replantea
Piensa en cómo reducir y manejar el estrés pensando en situaciones estresantes específicas. El encuadre es un mecanismo de afrontamiento que implica un enfoque consciente en los beneficios de una situación. Piensa en replantear como contar tu historia para que seas la protagonista. A veces esto requiere espacio, especialmente cuando la situación es difícil o tiene fuertes emociones asociadas. Mira siempre el vaso medio lleno y saca lo positivo de cada situación.
Publica
Posting, es una herramienta práctica para el automanejo del stress. Se basa en utilizar el proceso de publicación para controlar el estrés cada vez que se nos ocurriera un sentimiento o pensamiento negativo. Es el acto de publicar lo que piensas o sientes en una pequeña anotación, en un cuaderno o en tu teléfono. Esto te dará la posibilidad de regresar más tarde cuando te sientas tranquila y relajada a analizar con más profundidad la causa de ese sentimiento. Estas publicaciones y reflexiones pueden llevarte a entender por qué eliges estos pensamientos y esto, a su vez, te permite reemplazarlos por su opuesto.
Mindfulness
Pasar tiempo siendo consciente es otra forma de ayudar a impulsar tu pensamiento positivo. Las personas que dedican tiempo a la meditación obtienen la capacidad de concentrarse y de comenzar de nuevo, basándose en la práctica de enfocarse en la respiración o en un mantra, y comenzar de nuevo cada vez que hay distracciones de pensamientos, sentimientos o sensaciones. Una mente conectada en el presente está preparada para la positividad
Crecimiento o Mentalidad de beneficio
Si bien la teoría del “Mindset” de la psicóloga Carol Dweck nos dio a conocer que existen dos tipos de mentalidad: fija y de crecimiento; el experto en bienestar Ash Buchanan, enriqueció el concepto basándose en desarrollar una mentalidad de crecimiento, que no solo busca alcanzar su potencial, sino que se orienta para que sirva al bienestar de todos. Esto lo definió como Mentalidad de beneficio, donde dejas de ver un potencial limitado en función de tu genética y, en cambio, te abres al potencial de posibilidades ilimitadas, tomando responsabilidad ante aquellos que se beneficiarán, lo que te ayudara a mantenerte positiva.
Autocompasión
Un gran lugar para plantar las semillas del pensamiento positivo es con la autocompasión. Ser amable contigo misma marcará la diferencia para que lo seas siempre con los demás. Sonríe a tu reflejo en el espejo. Disfruta de la aprobación de otras personas cuando se te presente. Sé amable contigo misma ante pequeños errores. Valora quién eres y defiéndete. Conócete a ti misma como una amiga desde tu autenticidad.
Para ser positiva no tienes que ser alegre o bullicioso. A veces, la positividad se siente como serenidad, esperanza o asombro, y a veces se siente como conexión y confianza. Confía en que con un esfuerzo cuidadoso y constante tu pensamiento positivo reducirá el estrés y elevará tu estado de ánimo.
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