A veces, vivimos pensando que la vida del día a día, esa a la que ponemos el nombre de rutina, no tiene el color suficiente como para resultar emocionante. Sin embargo, existen cinco cosas extraordinarias que ocurren en un día corriente, tanto en lunes como en domingo. Y si tomamos conciencia de esos tesoros que en tantos casos damos por supuestos, seremos mucho más felices y más libres.
Cosas que tienen un valor inmenso
1. Escucha el latir de tu corazón, siente ese tictac acompasado que conecta tu alma con la vida. Esa música es la banda sonora más perfecta que no necesita ningún tipo de batería a modo de recarga como sí ocurre con el teléfono móvil. Tu corazón late a su ritmo normal sin que tú tengas que hacer ningún esfuerzo de voluntad. Puedes delegar en él con total confianza gracias a su sabiduría intrínseca.
2. No existe mejor pantalla de cine que el firmamento que se convierte en el escenario de espectáculos tan milagrosos como una estrella fugaz, el amanecer o el atardecer. Mira más veces hacia el cielo y menos hacia tu teléfono móvil porque la vida pegado a una pantalla resulta bastante limitada.
3. Estás vivo. Y en algún momento dejaremos de estarlo. Eso es una evidencia. Sin embargo, hoy estamos aquí. Ahora existimos. Toma conciencia de tu presente sin darlo por supuesto. Aunque tengas ochenta años es muy positivo que te emociones igualmente con la ilusión de vivir.
4. Existe un momento totalmente reparador que vivimos en el día a día. Cuando llega la noche y cansados por una larga jornada de trabajo, recados y tareas, nos sumergimos en ese universo del sueño que nos conecta con el plano inconsciente de la existencia. Y sin embargo, los sueños también nos regalan grandes dosis de felicidad como muestra ese sabor dulce en la memoria de una imagen que nos encantaría vivirla también en la realidad. Y sin embargo, soñar ya tiene un valor por sí mismo más allá de que luego se materialice o no esa visión nocturna.
5. Más allá de tu identidad como ser humano existe otro regalo existencial que forma parte de la naturaleza social del ser humano: el encuentro con el otro no solo a través del vínculo de amistad, pareja o familia sino simplemente, a través de ese caminar por la calle y ver a otras personas pasar. Rostros que no te resultan ajenos aunque sean desconocidos porque observas el valor humano que también hay en ti.
La vida es un milagro
La vida tiene una gran importancia porque nos ayuda a comprender los porqués de muchas cosas a las que todavía no hemos dado respuesta a día de hoy. Sin embargo, se mire por donde se mire, y más allá de cualquier dato científico, la vida es un milagro. Y como tal debemos vivir ese presente. Si la vida es un milagro también es una responsabilidad ética cuidarla. ¿Qué otros hechos extraordinarios ocurren en tu día a día? Piensa en todo aquello que te inspira amor.
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